Buenos Aires, 5 de setiembre.(caraycecaonline) El kirchnerismo declina, empantanado en grave crisis electoral de Tucumán, que han despertado una creciente desconfianza en la fiscalización y control del proceso que lleva al cambio de gobierno, el 10 de diciembre. Funcionarios que afirman que no puede haber fraude, salen a contradecirse con otros que afirman que recibieron urnas llenas de votos del oficialismo antes de comenzar el acto eleccionario, el Director Nacional Electoral, Alejandro Tullio, un ex radical eternizado en su cargo desde el 2001 que primero afirma que son necesarios los cambios en el sistema y luego se desdice señalando que eso provocaría confusión, y el sospechoso accionar del Correo Argentino, que bajo la direcciòn de Juan Claudio Tristán y Vanesa Piesciorovski, se ha transformado en una dependencia clave, dominada por «La Cámpora», entregando certificados inciertos de escrutinio, han derivado en el pedido de anulación de las elecciones tucumanas, un precedente inquietante para las generales del 25 de octubre.
Cabe recordar que el cuestionable desempeño del sistema electoral y especialmente del Correo, ya fue motivo de cuestionamientos en ocasión de la reelección de Cristina Kirchner, donde se detectaron una gran cantidad de actas de escrutinio falsificadas o modificadas, al punto que desde varios sectores de la oposición se puso en duda el 54 por ciento que la mandataria exhibe como irrefutable. No lo es, y seria oportuno si se investigan judicialmente las actuales denuncias, también se incluyan las realizadas entonces, además de verificar la idoneidad del personal encargado de confeccionar los padrones, y los controles sobre los cambios realizados en los mismos.
Ya en 2007, hubo un fuerte entredicho entre el kirchnerismo, la oposición y varias organizaciones vinculadas a garantizar la transparencia electoral, por los cambios introducidos para el escrutinio por la empresa contratada a tal efecto, la española «Indra», que ya había prestado servicios al gobierno en épocas del duhaldismo. Las deficiencias marcadas entonces por Elisa Carrió, fueron avaladas por especialistas en informática y empresas del rubro, como «Boldt», que dejó planteada judicialmente su impugnación a la adjudicación de la firma ibérica, en una licitación que tuvo derivaciones en los tribunales federales. Claro que pedir a la jueza María Romilda Servini de Cubría un último esfuerzo en favor de la transparencia democrática, parece una utopía, habida cuenta de su extensa trayectoria de favores al poder de turno.
Preventivamente, el humorista Jorge Capitanich, que ahora aspira a la intendencia de Resistencia en las elecciones generales del pròximo domingo 20 de septiembre, ha solicitado veedores internacionales de la OEA y Unasur, para evitar nuevos disgustos como el del «jardín de la República».
La impugnación de José Cano, el candidato del Acuerdo por el Bicentenerio en Tucumán, avalada por los candidatos presidenciales Mauricio Macri de «Cambiemos» y Sergio Massa, de UNA se suma a las denuncias contra Aníbal Fernández en la provincia de Buenos Aires, donde el escrutinio definitivo mostró el crecimiento de la macrista María Eugenia Vidal, la candidata que no estaba en los pronósticos de casi nadie.
Siguen las movilizaciones en las provincias norteñas, por el esclarecimiento del crimen de Jorge Velázquez en Jujuy, y por el fraude en Tucumán. El descalabro económico se agudiza con el desequilibrio de las divisas, la volatilidad de las reservas y la inflación incesante. Mientras tanto, el kirchnerismo a través de Cristina, Scioli, Kicillof, Aníbal, Boudou, Alperovich y señora, sigue autocelebrándose amparado en encuestas cada vez menos confiables.
Quizá los jóvenes camporistas refugiados en el Correo no puedan retener mucho tiempo al cartero que esta vez, les lleve a todos ellos, un merecido telegrama de despido.(www.caraycecaonline.com.ar)