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El Papa condenó la usura, la exclusión social y contaminación del ambiente

«Los organismos financieros internacionales han de velar por el desarrollo sustentable de los países y la no sumisión asfixiante de éstos a sistemas crediticios que, lejos de promover el progreso, someten a las poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión y dependencia» expresó ante los líderes mundiales.

En su mensaje reclamó que “no se asfixie a los países”. Dijo que los pobres son quienes más sufren los ataques al medio ambiente. Y demandó mayor equidad a las Naciones Unidas.

Buenos Aires, 26 de setiembre.(caraycecaonline) En el emblemático recinto de la ONU, colmado y con varios jefes de Estado presentes, el Papa Francisco lanzó ayer una dura crítica a la usura, la guerra, la droga, y defendió con especial énfasis el medio ambiente, un tema central en su pontificado. Su discurso lo concluyó con una frase del Martín Fierro: “Los hermanos sean unidos”, en medio de un atronador aplauso.

El papa cuestionó la economía mundial que dificulta, dijo, la superación de conflictos o los promueve y perjudica a países en desarrollo y sobre todo a los más pobres. También denunció la proliferación de las armas nucleares y el avance del narcotráfico.

Francisco reclamó que “se limite la usura y no se asfixie a los países”. Remarcó que la exclusión social y económica “es una negación total de la fraternidad humana y un grave atentado a los derechos humanos y al medio ambiente. Son los más pobres los que más sufren ese atentado”.

Los pobres, dijo, “son descartados por la sociedad, son obligados a vivir de descarte y deben injustamente sufrir las consecuencias de los daños del medio ambiente”, subrayó.

Si bien las muestras de entusiasmo en la ONU no llegaron a las que le manifestaron durante su visita al Capitolio, el día anterior, su ingreso a la sala y su salida suscitaron más de una veintena de largos aplausos de pie. El discurso se extendió poco más de 45 minutos. Estaban la jefa de Gobierno alemana Angela Merkel, los presidentes de Bolivia, Evo Morales; Colombia, Juan Manuel Santos; Cuba, Raúl Castro, y Chile, Michelle Bachelet. Además del Rey de España, Felipe VI.

El Papa fue recibido por el secretario general del organismo, Ban Ki-moon, quien destacó que Francisco “está haciendo historia” porque se convirtió en el primer pontífice en inaugurar las sesiones de su asamblea anual y en hablar “ante tantos jefes de Estado”. Aunque Pablo VI había estado en 1965 y Juan Pablo II en 1979 y en 1995, la visita de Francisco tuvo otra particularidad: por primera vez se izó en el edificio la bandera del Vaticano, ya que recientemente el organismo aprobó que ondearán los pabellones de la Santa Sede y Palestina, que integran la ONU en calidad de observadores.

Francisco comenzó su discurso recordando que la ONU está cumpliendo 70 años con aportes valiosos y deudas pendientes y con una función, dijo, que la Iglesia aprecia enormemente. Y que ahora transita por un tiempo de enorme desarrollo tecnológico que plantea desafíos y exige respuestas jurídicas y políticas. “Una respuesta imprescindible ya que el poder tecnológico, en manos de ideologías nacionalistas o falsamente universalistas, es capaz de producir tremendas atrocidades”, señaló.

Con todo, Francisco volvió a reclamar lo mismo que sus predecesores: que la ONU avance en “el objetivo último de conceder a todos os países, sin excepción, una participación y una incidencia real y equitativa en las decisiones. Tal necesidad de una mayor equidad -añadió- vale especialmente para los cuerpos con efectiva capacidad ejecutiva, como es el caso del Consejo de Seguridad (donde EE.UU., China, Rusia, Gran Bretaña y Francia tiene poder de veto), y naciones como Brasil reclaman que ese número sea extendido.

En ese sentido, reiteró una posición tradicional de la Iglesia. Consideró que “esto ayudará a limitar todo tipo de abuso o usura sobre todo con los países en vías de desarrollo. Los organismos financieros internacionales han de velar por el desarrollo sustentable de los países y la no sumisión asfixiante de éstos a sistemas crediticios que, lejos de promover el progreso, someten a las poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión y dependencia”.

Luego, se refirió al tema clave en su pontificado, el medio ambiente. Tras señalar que su preservación no solo tiene fundamentos morales, sino también religiosos, señaló que” el abuso y la destrucción del ambiente, al mismo tiempo, van acompañados por un imparable proceso de exclusión. Y subrayó que “estos fenómenos conforman la hoy tan difundida e inconscientemente consolidada ‘cultura del descarte”.

En cuanto al combate a la exclusión y la equidad, celebró que la ONU haya lanzado ayer una Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, pero advirtió que “no bastan los compromisos asumidos solemnemente, aun cuando constituyen un paso necesario para las soluciones”. Manifestó al respecto que “el mundo reclama de todos los gobernantes una voluntad efectiva, para preservar y mejorar el ambiente natural y vencer cuanto antes el fenómeno de la exclusión social y económica, con tristes consecuencias de trata de seres humanos, comercio de órganos y tejidos humanos, explotación sexual de niños y niñas, trabajo esclavo, incluyendo la prostitución, tráfico de drogas y de armas, terrorismo y crimen internacional organizado”. Y advirtió que “la crisis ecológica, junto con la destrucción de buena parte de la biodiversidad, puede poner en peligro la existencia misma de la especie humana. Entre los espectadores famosos que tenía el Papa se contaban Bill Gate y su esposa, Melinda, militante católica; a Malala Yousefzai, la joven paquistaní herida gravemente por un talibán por querer ir a la escuela, que recibió el Premio Nobel de la Paz el año pasado, y la cantante Shakira. (www.caraycecaonline.com.ar)

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