Etl kirchnerismo como ningún gobierno argentino consumó un enorme latrocinio y lo supo difrazar de «inclusión social» pero en realidad dejará cerca de 14 millones de pobres, un Banco Central vacío y una sociedad resquebrajada socialmente y políticamente.(por Roberto Muñoz)
“La buena noticia es que a partir del 10 de diciembre vamos a recuperar la confianza y con la confianza vendrán la inversión y el trabajo” dijo entonces el candidato de Cambiemos.
Pero lo cierto que el llamado “desendeudamiento” tan mentado por el kirchnerismo, es en realidad el traslado de la Deuda Pública de manos privadas extranjeras, ya que nuestro país perdió crédito internacional, a las arcas del Banco Central, el Banco Nación y la Ansés. Es decir el ahorro nacional. Allí ha recurrido el Gobierno K, principalmente desde 2011 y en realidad la deuda se multiplicó y sobrepasa hoy los 400.000 millones de dólares. Pero al ser ocultada de esa manera para el conocimiento del argentino común, quieren aparentar que es “inxistente”. Los gastos corrientes de este latrocinio de esta política son soportados por todo nuestro pueblo, principalmente por los sectores más pobres, que carecen de reserva alguna para afrontar el deterioro inflacionario del 30 o 35 %, lo que significa que cada 100 pesos que ingresan a sus bolsillos, saldrán 65 o 70 pesos. Un robo público que sin embargo los kirchneristas, con sueldos de 80.000 o 100 mil pesos, salen a opinar que “beneficia el consumo”.
Pasa que con este disfraz de la realidad, un desembozado engaño a los argentinos, el kirchnerismo busca cubrir su retirada después de multiplicar la deuda pública, como nunca en la historia, generar tantos pobres como en 2001, fundir las economías regionales con millones de kilos de naranjas, manzanas, peras y desperdiciadas; haber perdido 10 millones de cabezas de ganado; que se hayan cerrados más de 3.000 tambos; el haber perdido la autonomía energética y hoy tengamos que pagar 11.000 millones de dólares anuales para importar gas y petróleo; que se haya despojado de $20.000 millones las obras sociales sindicales; que se haya destruído el control de nuestras fronteras para favorecer el narcotráfico; que se haya permitido por primera vez en nuestra historia una base militar en nuestro territorio, como la base china en la Patagonia; que ni de palabra reclamemos por Malvinas y se haya entregado nuestra minería, pesca y petróleo, principalmente a empresas pertenecientes a la Comunidad Británica.Todo y mucho más, no es al decir de la Presidenta “obra de Julio César ni de Napoleón” . Claro que no. Es obra de los gobiernos que durante 12 años ejerció junto a su extinto esposo. (www.caraycecaonline.com.ar)