El presidente del Banco Ciudad propones las diez acciones que el candidato de Cambiemos se propone realizar si llega a la Casa Rosada. Con la recuperación del crecimiento como norte, eliminar retenciones, un tipo de cambio único y fortalecer las economías regionales.
Los argentinos necesitamos recuperar la confianza. En nosotros mismos en primer término: podemos dar más y ser más. Confianza en nuestro Estado y en nuestro gobierno. En nuestra dirigencia. En nuestras estadísticas. En nuestra moneda. En nuestras leyes y su cumplimiento. En nuestra Justicia. En nuestras instituciones. Reconstruir la confianza depende de que nosotros, los dirigentes, empecemos por dar ejemplo de seriedad y responsabilidad en el Gobierno. Que el Estado empiece por ser eficaz, responsable y previsible.
La confianza es clave porque la herramienta de la transformación, que es la inversión pública y privada, requiere plazos y horizontes seguros y estables. Queremos convencer a cada argentino y a cada extranjero de que vale la pena invertir en el país, movilizar nuestros recursos y crear riqueza y trabajo en Argentina. Hay que revertir años de desconfianza, atesoramiento y salida de capitales, que generaron una fuerte descapitalización de la economía. Volver a capitalizarnos significa además volver a ganar productividad y competitividad, asignaturas pendientes del populismo actual.
Para volver a creer en nuestra moneda, tenemos que saber y confiar en que el Estado no gasta sistemáticamente más de lo que recauda. Terminar con la emisión irresponsable, el desprecio por la moneda y la devaluación permanente, es una condición necesaria para recrear el flujo de inversiones, que al resolver los problemas de oferta de la economía, es el remedio genuino contra la inflación.
La confianza también es la base para impulsar un flujo de crédito que dinamice la economía. En un mundo en el que abunda financiamiento, tenemos que aprovechar la disponibilidad de capitales para financiar las inversiones duras que necesitamos. Las condiciones, tasas y plazos del sistema financiero no pueden establecerse artificialmente al margen de las que obtiene el Estado. En esto, el Gobierno tiene que ser ejemplar para poder ejercer su rol rector y promotor.
El Estado tiene que hacerle las cosas simples al que emprende, al que produce, al que da trabajo, al que exporta. Hay que terminar con la multiplicidad de regulaciones, trabas, certificaciones, registros, etc. que dificultan la vida de los empresarios y desalientan la inversión. Eliminar las retenciones, terminar con los registros de exportación, alentar la amortización acelerada de inversiones, son apenas los primeros pasos.
Un plan de infraestructura física y social con un sentido genuinamente federal es la condición de la reducción de los costos logísticos de la producción de las economías regionales y una de las formas de incentivar el desarrollo económico. Recuperar el autoabastecimiento energético es una de las prioridades, pero también mejorar la deteriorada red de rutas nacionales y provinciales, crear nuevas autopistas, invertir en la modernización de la infraestructura ferroviaria, portuaria y aeroportuaria. Para esto no alcanza con la caja del Estado; hay que comprometer fondos de ayuda internacional a plazos y tasas razonables. Proponemos también transformar al Banco Nación en un verdadero Banco de Desarrollo Nacional.
Varios de los puntos anteriores ya significarán un alivio para las castigadas economías regionales, pero hay que avanzar con proyectos serios y generosos de la Nación en las provincias, apuntando a recrear un genuino federalismo terminando con la ya tradicional extorsión política a los gobernadores por parte del Gobierno central. Abundan las oportunidades de producciones específicas de cada región, que sólo requieren de señales adecuadas para empezar a cobrar forma.
Argentina ha recuperado mucho terreno en la promoción de la ciencia y la tecnología, pero falta que llegue a la economía real, a las empresas, de la mano del desarrollo de las tecnologías aplicadas y la recalificación del recurso humano. Pero además hay que alentar el desarrollo emprendedor, apoyar y liberar de trabas a quienes eligen el camino de la creación de nuevas actividades económicas.
La educación y la formación de capital humano y social es cada vez más reconocida en el mundo como el recurso económico crítico del desarrollo. Una política de desarrollo económico es a la vez y ante todo una política educativa de inclusión y equiparación de oportunidades. Al aumento del presupuesto educativo, hay que darle su correlato en calidad exigible y mensurable. Nuestra propuesta es apostar al futuro. Por ejemplo, actualmente los países desarrollados tienen economías que venden inteligencia local embebida en sus productos de exportación. Ése es un desafío clave de la Argentina.
La inclusión de la gente lastimada y marginada por muchos años de ajuste ortodoxo neoliberal, y de la que tampoco se ocupó el populismo pese a su discurso altisonante, es además de un imperativo moral, una prioridad de política económica. Hoy, 1 de cada 3 argentinos es pobre, y 1 de cada 10 se va a dormir con hambre. Es una realidad que golpea especialmente a los más jóvenes. Más que nunca es necesaria una política inclusiva en materia de viviendas, infraestructura de cloacas y agua potable, atención sanitaria y protección social que vaya más allá de los planes sociales, a los que hay que garantizar un adecuado funcionamiento, amplitud, cobertura y financiamiento.
Este breve decálogo de ideas fuerza busca plantear de manera ordenada y encadenada las prioridades de la discusión económica que necesitamos dar. Tenemos una oportunidad de cambiar el horizonte y la perspectiva, superar los problemas inmediatos y plantear la agenda del desarrollo tantos años postergada.
Tenemos que convencernos de que no estamos condenados a pasar de políticas demagógicas y populistas que se exprimen todo el jugo de la bonanza, a políticas de ajuste ortodoxo neoliberal cuando llega la época de las vacas flacas. Desde Cambiemos apostamos a una tercera vía, que es la del desarrollo nacional. Ése es nuestro norte. Ese es el sueño de Mauricio Macri Presidente.(www.caraycecaonline.com.ar)