Mientras el ciclo kirchnerista llega a su fin, con pena y sin ninguna gloria, surge lo peor de los que ejercieron durante más de una década, el poder omnímodo fraguado en el cinismo y el desprecio a los valores esenciales de la vida nacional.
Buenos Aires, 14 de noviembre.(caraycecaonline) Mientras el ciclo kirchnerista llega a su fin, con pena y sin ninguna gloria, surge lo peor de los que ejercieron durante más de una década, el poder omnímodo fraguado en el cinismo y el desprecio a los valores esenciales de la vida nacional. El debate presidencial entre los candidatos, apurado por el declive del postulante oficialista, confirma las patéticas miserabilidades de quienes solo conocen el oportunismo falaz de los quebrados.
Puestos al mejor postor, y ante la inminente debacle, el kirchnerismo apuesta de nuevo a la táctica que mejor conoce: ensuciar el escenario político, huir hacia adelante y refugiarse en la hipocresía, sembrando la confusión y el miedo ante el cambio. Tras la derrota del domingo 25 de octubre, la crisis del Gobierno y su estrategia electoral implosionó y generó una severa batalla interna entre los socios que hasta no hace mucho, amalgamaban intereses diversos. POR ejemplo los de «La Cámpora», ex montoneros devenidos en empresarios pacifistas, pragmáticos punteros bonaerenses, y patrones de estancia con veleidades de tecnócratas. Se incluyen los oportunistas de toda laya, siempre (QUITAR son) bienvenidos en estas aventuras de lucro incesante para sus gestores, y la pobreza decadente del país.
Puesto a levantar el castigo de las urnas, sólidamente propinado por la hastiada sociedad, Daniel “el motonauta” va hacia el naufragio. Y apuesta todo a un golpe de gracia, como hacer un papel medianamente soportable en el debate ante Mauricio Macri. Lo BUSCA luego de haber despreciado la herramienta del debate y hasta pedir una ley que lo regule, QUE Los propios kirchneristas trabaron en el Congreso, ante la verificación de que los votos serán esquivos para su torva figura el próximo domingo 22. Se victimiza Scioli, haciendo eje en las supuestas virtudes que habrían surgido luego del trágico accidente donde perdió un brazo. Habla poco del escaso respeto por la vida, propia y ajena, que sus lujos de niño rico prohijado del menemismo lo llevaron a tal circunstancia. Se mimetiza, sin ningún disimulo, en la hipocresía rampante del kirchnerismo, mostrando en la caída su verdadero rostro que no es otro del contrahecho socio en las sombras del codicioso Néstor, enterrado junto a sus lingotes y de su viuda, que junto a los gerentes de la derrota apresuran el embate contra la justicia ante la certeza del incesante desfile que ya han iniciado ante los tribunales.
Nos queda la palabra. Quizá para algunos Macri no será el intérprete ideal del nuevo tiempo, pero con solo exponer la indisimulable desgracia del país kirchnerista, ha hecho lo NECESARIO para despertar del letargo a la conciencia ciudadana. No es suficiente la declamación exaltada del sobreviviente candidato oficialista. El y su entorno han sido socios en la expoliación de los mejores recursos de nuestra Patria. La nueva coalición que desde el 10 de diciembre afrontará la dura tarea de recuperar la convivencia democrática, la paz social y el desarrollo económico, no recurre a detracciones, insultos ni campañas turbias. Muestran lo hecho, y ratifican que avanzarán por ese camino. Sin alardes ni confusiones, suman a los que buscan salir del oprobio, a quienes vislumbran un horizonte más claro, sin falsas promesas ni extorsiones.
Cae el telón sobre la noche kirchnerista. Se retiran la «reina» Cristina y su corte de amanuenses rentados al costo imperial de rusos, chinos y británicos. Ya no se escuchan las algaradas de «el morsa» Anibal, a Máximo le cuesta digerir el ocaso y se enferma, y el triste escenario de la retirada deja los cadáveres de la decencia, el respeto y la honradez como testigos. Es tiempo de creer definitivamente en el camino de esfuerzo y esperanza que se abre como un surco sobre los campos yermos.(www.caraycecaonline.