Editoriales

Tiempo de Adviento

El tiempo de Adviento es el período para los cristianos que invita a recordar el pasado, impulsa a vivir el presente y preparar el futuro. No parece casual que sea justamente en estos días transcurridos desde las elecciones en que una mayoría desplazó del poder al kirchnerismo.(por jorgw Avila)

Buenos Aires, 19 de diciembre.(caraycecaonline) La palabra latina «adventus», significa «venida», y en el lenguaje cristiano se refiere a la llegada de Jesús. La liturgia de la Iglesia da el nombre de Adviento a las cuatro semanas que preceden a la Navidad, como una oportunidad para prepararnos en la esperanza y en el arrepentimiento. El tiempo de Adviento es un período privilegiado para los cristianos ya que invita a recordar el pasado, impulsa a vivir el presente y preparar el futuro. No parece casual que se trate justamente de estos días transcurridos desde el pronunciamiento popular que desplazó al kirchnerismo del poder el 22 de noviembre, ungiendo un nuevo gobierno democrático encabezado por Mauricio Macri.

El cambio  que se advierte luego de asumir la nueva gestión, parece girar en torno de urgencias que los graves dislates del kirchnerismo dejaron como un terreno propicio para la catástrofe social, con medidas desmesuradas como las designaciones sin consenso de funcionarios y representantes diplomáticos, además de apresurados cambios en materia judicial, y operaciones que afectan el erario público como la venta de dólares a futuro con cotización «para amigos» por parte de Alejandro Vanoli, ex presidente del Banco Central, quien deberá responder en los tribunales por este accionar, además de haber vaciado de reservas al entidad.

Cuando ya ha transcurrido la primera semana, y mientras se van concretando los nuevos nombramientos para cubrir las distintas áreas de funcionamiento del Estado, el gobierno de Macri muestra características que permiten albergar expectativas favorables hacia el futuro. El cambio de clima resulta notorio, con el retorno a la normalización de los distintos factores que inciden en la vida cotidiana, y en particular, con el cumplimiento de las promesas de campaña. Nadie puede sentirse sorprendido por las medidas adoptadas, como la eliminación de las retenciones a la producción agropecuaria, la liberalización del comercio externo, la ratificación de paritarias y en especial, por el respeto a cada ciudadano en busca de mejorar las situaciones preexistentes.

Desde el rango opositor, pocos parecen haber interpretado la magnitud del cambio, excepto quizá el ex candidato presidencial, quien se refugia en un cauto silencio, mientras los resabios del cristinismo acérrimo, se aferran a sus cargos con una «pasión militante» que se explica por los antecedentes de esta caterva de incapaces que llevaron al país al borde de la ruina. Todos ellos cuentan con una sola bandera a defender, y son las jugosas indemnizaciones que esperan cobrar tras abandonar los cargos que ahora usurpan. No se trata de una posición desconocida, sino que forma parte de una tradición de quienes han sumado una fortuna durante el menemismo y la etapa aliancista. La abogada Gils Carbó y los fiscales que la acompañan, el diputado Héctor Recalde y otros, patrocinaron a desleznables y corruptos arribistas que tras cobrar sus juicios al Estado, en los 90, volvieron a la grilla pública en los medios nacionales (Télam, Radio Nacional, Canal 7) y organismos públicos con salarios millonarios, y ahora buscan perpetuarse, replicando este oneroso mecanismo. Nada tiene que ver la ideología ni la defensa de supuestos valores en riesgo.

Es tiempo de Adviento, y aunque puede parecer útopico esperar un arrepentimiento de este colectivo de ladrones de «guante blanco», la esperanza prevalece, mientras la economía se ordena, la justicia comienza a funcionar adecuadamente, y la política abre una etapa de diálogo en busca de la paz social y la consolidación de un proyecto nacional en busca  del desarrollo humano y económico, postergado durante largo tiempo por ambiciosos insaciables y profetas del odio. Llega Navidad, y con ello un nuevo tiempo de realizaciones que implican, además de comprensión, un esfuerzo colectivo inédito. Amemos a los nuestros ratificando el compromiso solidario de honestidad y coraje para resistir la rastrera embestida de los miserables en su fuga.(www.caraycecaonline.com.ar)

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