Gendarmería allanó a las 7 de la mañana una casa que le habían marcado, pero los condenados del triple crimen estaban en un galpón vecino. Las autoridades santafesinas fueron notificadas varias horas después y no pudieron cercar la zona.
Buenos Aires, 7 de enero.(caraycecaonline) El nuevo escape de los hermanos Martín y Christian Lanatta y de Víctor Schillaci, quienes esta mañana se tirotearon con Gendarmería y lograron volver a huir, esconde una serie de desinteligencias de las fuerzas federales con las autoridades provinciales.
El hermetismo con que se manejó el allanamiento que ordenó el juez Sergio Torres jugó en contra para atrapar a los prófugos. Fue así porque Gendarmería realizó el allanamiento en la zona de San Carlos a las 7 de la mañana, pero el ministerio de Seguridad santafesino recién fue notificado, a través de una comunicación oficial, cerca de las 10 de la mañana. Es decir: casi tres horas después.
El allanamiento de los efectivos de Gendarmería, unos 50, se realizó en una casa ubicada en una zona despoblada. «Era una casa que habían marcado que era la más ‘caliente’, trabajaron por coordenadas, no por numeración, pero les habían pasado mal el dato, porque los prófugos estaban en un galpón vecino«, explicó a Clarín una fuente con acceso a la investigación.
A las 7:30, cuando casi todos los efectivos de Gendarmería se habían retirado, dos oficiales notan movimientos extraños en una plantación y dan la voz de alto. Es entonces cuando comienza la persecusión. En un campo los tuvieron a 20 metros de distancia. Los condenados tenían ropa muy parecida a la de la policía bonaerense y fue allí cuando se produce el enfrentamiento.
«El gendarme y Schillaci se apuntaban, el efectivo dice haberlo reconocido, y el que tira es Schillaci, pero no fue a matar, sólo para herirlo», explicó la fuente. Allí los reducen y les quitan las armas, y emprenden el nuevo escape.
En el ministerio de Seguridad de Sante Fe ven como una «picardía» no haber sido notificados del operativo y lamentan el tiempo que se perdió. «Con todos los dispositivos que había puesto a disposición, con tropas especiales, no sospechadas de relación con el delito -como podría haber pasado con la bonaerense- hubiera sido imposible el escape», dicen en la fuerza.
Sin embargo, el llamado llegó tarde. Ahora, la zona está sitiada: hay helicópteros, francotiradores, más de 500 efectivos, policias especiales rastrillando estancia por estancia, y las fronteras han sido blindadas.(www.caraycecaonline.com.ar)
Director: Roberto Muñoz
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