Frente a una inexplicable pasividad de las autoridades del gobierno k, un grupo de empresas aprovechó un resquicio legal para eludir desde 2006 el pago de retenciones a la exportación de harina de soja. ¿Cómo hacían? Vendían el producto como si fuera alimsnto balanceado.
Buenos Aires, 26 de abril.(caraycecaonline) Un pequeño grupo de empresas agroexportadoras se benefició en los últimos años con un pequeño resquicio en la legislación que les permitía exportar harina de soja como si fuera alimento balanceado. Gracias a ese gris legal, y frente a la insólita pasividad de las autoridades, últimamente esas firmas no pagaban retenciones cuando lo que correspondía era que tributen un 27%. El daño a la recaudación se estima en no menos de 200 millones de dólares.
La maniobra acaba de ser denunciada por los importadores y productores de alimentos balanceados de Chile, el principal destino que tenía esa mercadería. Aunque el negocio de exportación que los perjudicó a ellos y al propio Estado Argentino comenzó en 2006, a partir de 2013 un selecto grupo de empresas lo refinó todavía más. ¿Qué hacían? Exportaban una premezcla que contenía un porcentaje muy elevado (del 92% a 95%) de harina de soja y solo unos pocos granos de maíz partido. Esas cargas se hacían figurar bajo la posición arancelaria 2309.90.10 correspondiente a los «alimentos balanceados completos». Desde diciembre eso las exime de pagar retenciones. Antes pagaban solo 5%.
La denuncia fue dirigida al nuevo titular de la Aduana, Juan José Gómez Centurión. Allí las firmas chilenas identificaron hasta con número de CUIT a los exportadores argentinos que se beneficiaban hasta hace pocas semanas con esa maniobra. FiguranViluco SA, que tiene una planta aceitera en Frias (Santiago del Estero); la ensambladora de electrodomésticos Newsan SA, y la agropecuaria Auqui SA. En denuncias anteriores también se mencionaba a la firma Entre Rios Crushing, que exportaba el producto en camión hacia Montevideo y desde allí a Chile en barco.
“No existe ningún alimento balanceado completo que contenga esa cantidad de harina de soja. Tampoco una dieta animal que utilice esa cantidad de proteínas”, dicen los empresarios chilenos que denunciaron la competencia desleal. Una premezcla con más de 90% de harina de soja implica que el alimento aporta 40% o más de proteína a los animales que la consumen, cuando lo ideal es que ese aporte nutricional ronde el 20%.
La maniobra era posible porque no existe una definición precisa de ese tipo de mercadería por parte del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa). Aunque cualquier nutricionista sabe que es exhorbitante semejante porcentaje de soja en un balanceado, la Aduana se excusaba de intervenir diciendo que el Senasa califica a dichos productos como “aquel que cubre por si solo los requerimientos diarios de los animales”. Los excesos de soja no cuentan.
La insólita pasividad de uno y otro organismo frente a la maniobra duró casi diez años. Los importadores chilenos recuerdan que la Aregntina comenzó a venderles este tipo de “premezcla” tramposa en 2006 bajo la posición arancelaria 2308. Contenía 95% de harina de soja y solo 5% de maíz, pero eso les permitía reducir las retenciones del 32% vigente entonces a solo 5%.
A fines del 2103 el volumen del negocio y la evasión era tan grande que el gobierno kirchnerista decidió elevar las retenciones para esa posición. Viluco, entonces, amenazó con cerrar y echar a 350 empleados, y así logró el apoyo del ex gobernador Gerardo Zamora. Por eso, las autoridades nacionales volvieron a hacer la vista gorda cuando la firma comenzó a exportar un producto llamado “Mega Prestarter”, que en vez de 95% de harina de soja contenía un 92%. Esto les permitió -ahora bajo la posición 2309.90.10- seguir pagando 5% de retenciones y, a partir de diciembre pasado, el 0%.
A esa variante, según estas fuentes, se sumaron al poco tiempo los empresarios de Newsan con su producto «NS1». Aunque su negocio es la electrónica en Tierra del Fuego, esa compañía comenzó a tallar fuerte en la exportación de alimentos debido a la pretendida imposición del ex secretario Guillermo Moreno para que compensen sus importaciones. La cerealera Bunge era una de las que le fabricaban el supuesto “balanceado”. Salía en barco desde Rosario a Chile y también a Europa y Medio Oriente. En rigor, desde el viejo continente también llegaron denuncias que involucraban a Viluco SA.
En febrero pasado, el gobierno macrista reaccionó reimplantando retenciones del 27% a todas las posiciones cuestionadas, pero generó un descalabro en los negocios de los verdaderos elaboradores de alimentos balanceados. Ahora se está revisando todo el andamiaje legal para evitar que este tipo de maniobras continúen a futuro.
Los empresarios chilenos advirtieron que serán muy importante las definiciones que se tomen, pues más allá de cortar la evasión a futuro (solo a Chile se venden unas 500 mil toneladas por año, generando un daño de 50 millones de dólares al año), la Aduana tendría chances de reclamar ante la justicia por los 200 millones evadidos desde 2013.(www.caraycecaonline.com.ar)
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