A pura emoción Durante dos horas y media, el músico hizo delirar al público con clásicos beatles, de Wings y solistas.
Buenos Aires, 18 de mayo.(caraycecaonline) Eterno e indisoluble. Así es el romance entre Paul McCartney y el público argentino, que anoche reavivó su llama desde el mismo momento en que el beatle de 73 años, con A Hard Day’s Night, transformó en un estallido la expectativa con que, desde muy temprano, las 50 mil almas que coparon el estadio Único de La Plata, aguardaban la aparición de su ídolo.
Enseguida, con la mucho más reciente Save Us, el protagonista de la noche pasó de su pasado a su presente, ambos perfectos, como si tratara de dejar en claro que el One On One Tour no se trata tan solo de un ejercicio de la nostalgia. Queenie Eye y New completarían más adelante el casillero que McCartney reserva para lo más nuevo de su repertorio, junto con Four Five Seconds, tema para el cual unió fuerzas con Rihanna y Kanye West.
Para entonces, el espíritu beatle ya se había adueñado de la multitud, con la cual Sir Paul había establecido una conexión directa al saludar con un «Buenas noches, Buenos Aires. Hola, chicos», antes de arremeter con Can´t Buy Me Love.
«Estamos muy contentos de estar aquí de nuevo -dijo-. Voy a tratar de hablar español. Vamos a hacer una fiesta», propuso, al tiempo que se sacó el saco. «Escribí esta canción para mi hermosa mujer Nancy. Ella está acá con nosotros, se entusiasmó, y tocó My Valentine.
Para McCartney la cuestión no se agota en Beatles y en su plan solista; Wings también ocupa un lugar de relevancia a la hora del repaso que hace de su historia. Letting Go y Let Me Roll It, marcan el territorio de la banda que compartió con su ex esposa, Linda, antes que la obra de los fab four monopolizara la velada. Here, There and Everywhere,We Can Work It Out, And I Love Her, Blackbird, en una secuencia que convirtió al estadio en un gigante karaoke.
Mientras tanto, en un castellano hablado con