Buenos Aires, 25 de julio.(caraycecaonline) “Yo ya era empresario antes que los Kirchner lleguen a la Casa Rosada”, repite Cristóbal López cada vez que puede. Eso es cierto, pero en 2003 sólo contaba con nueve empresas. Los años siguientes, exactamente 12, le permitieron expandir su holding y construir un imperio de 34 firmas, valuado en 650 millones de dólares, sin incluir el suculento y sospechado negocio del juego, que se convirtió en un monopolio desde la Patagonia. Los datos de la fortuna oficial del empresario corresponden al Grupo Indalo; surgen de fuentes judiciales y fueron confirmados por el entorno del empresario.

La Justicia puso veedores que inspeccionan cada movimiento contable del holding, en el marco de la causa que investiga la presunta evasión de $ 8.000 millones en un impuesto a los combustibles que durante la gestión de Cristina. Sobre Indalo pesa una inhibición general, para evitar movimientos financieros y garantizar en eventual cobro de la deuda.

Así, los planes de retirada de los negocios que tenía López a principio de año, se vieron frustrados. La maniobra impositiva, avalada en su momento por la AFIP, le permitió incrementar las unidades de negocio: de las nueve empresas de 2003 se pasó a 34 sociedades a fines de 2015, con los rubros más diversos: banco, financieras, medios, alimenticias, petroleras, constructoras. Un crecimiento patrimonial a tono con la riqueza que en estos 12 años amasaron los Kirchner y el otro empresario apuntado por el modelo: Lázaro Báez.

Por fuera de los US$ 650 millones, López tiene aún en análisis en la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, la venta del 28% de Inverclub, la sociedad que se dedica al negocio del juego. Una eventual venta le sumaría cerca de US$ 100 millones extra. Además, el empresario posee concesionarias y otras propiedades en el Sur. Y camiones y algunos campos que fueron adquiridos por la intermediación de Osvaldo Sanfelice, ex socio de Máximo Kirchner.(www.caraycecaonline.com.ar)