Editoriales Panorama político

Argenzuela

Cristina y el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro

Los remanentes fallidos del régimen nepotista y saqueador de las arcas públicas, armaron una «mise en scene» de tintes grotescos, si no fuera por la degradación política y pobreza conceptual de sus gestores y casi exclusivos protagonistas.(Por Jorge Avila)

Buenos Aires, 5 de noviembre.(caraycecaonline) Los temores tantas veces esbozados sobre la posibilidad de que nuestro país siguiera el rumbo dramático de la Venezuela chavista, no parecen haber sido aventados del todo pese a la contundente caída del kirchnerismo en las elecciones del año pasado. Los remanentes fallídos del régimen nepotista y saqueador de las arcas públicas, armaron una «mise en scene» de características grotescas, si no fuera por la escabrosa degradación política que se suma a la pobreza conceptual de sus gestores y casi exclusivos protagonistas.

Basta señalar los desacoples entre los organizadores de las marchas que confluyeron en Plaza de Mayo, convocada por los ex socios del gobierno K, Hugo Yasky y Pablo Micheli, que se reparten las tajadas de la CTA desde hace algunos años, y reclamaron por ser incluidos en el diálogo iniciado por el gobierno para acordar mejoras salariales, y azuzar a la vez la realización de un paro con la CGT. Siguen sin ponerse de acuerdo. Entre tanta confusión, los kirchneristas disfrazados en «movimientos sociales» de dudosa representatividad, aprovecharon para sumarse a la concentración, no demasiada numerosa pero estratégicamente diseminada en distintos puntos de la ciudad para provocar un caos de tránsito, gimnasia frecuente de los muchachos piquetistas. La cuestión se puso difícil cuando le pidieron a Amado Boudou, Luis D´Elia, Fernando Esteche y Gabriel Mariotto, que sacaran los pies de la histórica fuente, porque estaban ensuciando la historia de las luchas populares.

Así las cosas parece tiempo ya de dar un corte definitivo a estas recurrentes manifestaciones que buscan guardar semejanza con los no lejanos tiempos de «choripan y fiesta» del apogeo camporista. Pocas horas antes, doce de los integrantes del bloque kirchnerista en la Cámara de Diputados habían votado la Ley de Presupuesto 2017 del nuevo gobierno, en un giro que dejó mal parados a Héctor Recalde y su discípulo Máximo.

Con los números en la mesa, las medidas económicas siguen apuntando a la reducción inflacionaria, el ingreso de divisas a través del blanqueo que culminó una primera etapa exitosa con 4.600 millones de dólares que podrían llegar a 8.000 en las próximas dos semanas cuando venza el nuevo plazo de declaración de depósitos, y mitigación de la pérdida de poder adquisitivo de los salarios reales, que se está logrando mediante acuerdos en las negociaciones entre sindicatos, empresas y gobierno.

Mientras se desmorona la estrategia judicial de los tránsfugas y estafadores, se consolidan las proyecciónes económicas del nuevo gobierno, y se suman las derrotas políticas y legislativas, los nostálgicos del poder perdido buscan instalar en las calles el clima salvaje de la Venezuela de Maduro. Cerca ya de la debacle, son un espejo  de una historia forjada en  un relato que la voluntad popular  le puso fin en las urnas de diciembre.(www.xaraycecaonline.com.ar)

 

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