Narcotráfico Violencia en Salta

Ocupación, violencia y narcotráfico: el drama de un productor salteño que tiene tomado su campo

Los ataques de los ocupantes

| A Huberto Bourlon, 200 personas le usurparon su tierra y lo amenazaron de muerte. El cacique y guardabosques de la zona aseguró que los ocupas responden a una banda delictiva. Ambos aseguraron que la fiscal de Embarcación los ignora.(Por Ángeles Cardozo Traillou )

Buenos Aires, 9 de noviembre.(caraycecaonline) Huberto Bourlon ya no es el dueño de su campo. Semanas atrás, una supuesta comunidad indígena le usurpó la finca que su familia explota hace 45 años en la localidad salteña de Embarcación. Lo amenazaron con hachas, le quemaron los corrales y hasta dejaron marcas de tiro de bala en el cartel que dice “propiedad privada”. Sin embargo, el productor agropecuario no es el único que da testimonio de movimientos de gente violenta y amenazas en el pueblo. TN.com.ar  se comunicó con el cacique de la comunidad aborigen Cristo Arriba, Antonio Salvatierra, que además es el guardabosques de la zona. Él aseguró que los ocupas están protegidos por una banda de narcotráfico. Salvatierra también fue insultado y golpeado y dijo que, más  de una vez, vio “gente extraña” cruzar el río con mochilas. Ambos denuncian que la Justicia no los ayuda y aseguran que la fiscal penal Lorena Martínez no los escucha ni los protege.

La odisea de Bourlon empezó en noviembre, cuando cerca de 30 personas entraron al campo con machetes y se identificaron como “funcionarios públicos”. Según contó a TN.com.ar, en ese momento presentó una denuncia en la policía y en Gendarmería, porque tuvo miedo de que se tratara de una operación vinculada al tráfico de drogas. “Nunca me quisieron decir quién los mandó, dicen ser aborígenes y están bancados por alguien para georreferenciar el campo”, aseguró. El dueño de la tierra señaló que le costó dar con la gente que le estaba robando toneladas de madera para vender en el pueblo. Finalmente, un día, se topó con Benito Rodríguez, el cabecilla de los intrusos, que lo amenazó y  le exigió que abandonara el campo.

Benito Rodríguez, uno de lo «cabecillas» locales, este persona es un soldadito de otros intereses, hay que desarmar las mafias.

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Las  denuncias se acumularon y la violencia aumentó. Un día encontró la casa del puestero y los corrales desarmados y los ocupantes le cerraron la salida a un camión que había ido a llevar sus vacas. En otra oportunidad, uno de sus empleados se quedó toda la noche encerrado en la finca y la Justicia tampoco apareció.  Bourlon aseguraba que la fiscal penal de Embarcación, Lorena Martínez,  se negaba a darle seguridad. “Una tarde fui solo a tratar de ingresar y un hombre me amenazó con un hacha y me dijo que me iba a matar. Otro de sus compañeros me mostró un cuchillo y mandó a una mujer de 20 años para que me pegue, trató de darme una trompada”, recordó.

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“GENTE EXTRAÑA”, TERRITORIO LIBERADO Y UNA RUTA OCULTA

Nació y vivió toda su vida en Embarcación y dirige una comunidad de 60 familias wichí y ava guaraní que vive en un predio de 17 hectáreas donadas. El testimonio del cacique Antonio Salvatierra no es uno más: su trabajo también es custodiar como guardabosques la zona forestal donde está el campo de Bourlon.

El hombre le dijo a TN.com.ar que el grupo que se asentó son aborígenes wichís bolivianos que se hacen llamar Guesnayic. Contó que, en 2014,  esta gente llegó para quedarse con sus tierras. Benito Rodríguez, el cabecilla que lidera la toma en lo de Bourlon, se negó a compartir el terreno tal como le ofreció Salvatierra e incluso logró captar a un grupo de familias que se fueron con él.

El cacique está convencido de que los usurpadores no necesitan la tierra, quieren robar la madera. Además, cuenta que en ese monte hay un camino que cruza por el río de Embarcación a Orán, una zona caliente de Salta conocida por los pocos controles que hay en la frontera con Bolivia. Para él, en la toma de Bourlon  “hay algo raro”.  “Hay un pasadero de gente de contrabando, no dejan pasar a nadie, yo soy el bosquero de esa parte y cuando me ven me insultan, me dicen que van a quemar mi casa porque soy el ‘alcahuete’. Muchos están ebrios, dos mujeres me pegaron”, denunció.

Salvatierra  señaló que en varias ocasiones vio “hombres raros” cruzar el río con mochilones en la espalda. La última vez fue hace cuatro meses. Según dijo, se trata de gente que viene desde Orán y siempre pasan de madrugada. También, aseguró que en cada oportunidad le avisó a Gendarmería y se quedó escondido porque son hombres muy peligrosos. Los definió como “personas desconocidas, a las que nunca se le vio la cara en el pueblo”.

“Los usurpadores están instalados y no dejan pasar a nadie. Lo hacen porque quieren gobernar ese camino y que no entre ninguna persona ajena. Yo creo que están en contacto con los hombres que vienen haciendo contrabando. No quieren abandonar el lugar, se instalan después del mediodía y se quedan ahí las dos de la mañana”, manifestó.

Al igual que el dueño el campo, el líder aborigen dice que ya no se ocupa de denunciar nada de lo que ve ni de lo que pasa ante la fiscal Martínez porque nunca tuvo una respuesta: “Le pedí una audiencia, le pedí que cite a Benito Rodríguez y no me escuchó. Por eso dejé de ir a hablar con ella, no conseguí nada”. Sin embargo, el hombre tiene miedo porque lo hondean y apedrean. “Temo que me pase algo a mí o a mi familia. Cuando mis hijos van al monte tengo miedo, no sé si van a volver o no”.(www.caraycecaonline.com.ar)

 

 

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