La constructora española Isolux Corsan reclama $ 1.000 millones por supuestos atrasos. El Gobierno rechaza el pedido. Costó el doble de lo presupuestado.
Buenos Aires, 22 de enero.(caraycecaonline) Paralizada hace casi un año, la Usina de Río Turbio no se sabe cuando será retomada la obra, para iniciar la generación de energía. Según la Sindicatura General de la Nación (SIGEN), su costo carió once veces con un valor actual de U$S 1.631 millones y es foco de una gran disputa entre el actual Gobierno que no está dispuesto a “pagar un peso de más”, y la firma adjudicataria, la española Isolux Corsán que a su vez, reclama certificaciones atrasadas por más de $ 1.000 millones. La constructora despidió la totalidad del personal de UOCRA contratado y no descarta ir a la Justicia.
La Usina sobresale a pocos metros de una estatua de Néstor Kirchner ubicada sobre la Ruta 40, en el medio de las dos localidades mineras: 28 de Noviembre y Río Turbio. El acceso principal de la obra está cerrado hace meses y sólo unos pocos operarios se ocupan del mantenimiento básico. Allí, en esa superficie en gran parte de hormigón, un galpón azul resguarda las calderas de 60 metros de alto. Sobresale la chimenea roja y blanca de 112 metros completamente apagada. Al recorrer las instalaciones, se observa el rastro de los más de 2.000 empleados que supo tener la obra: cascos tirados, mamelucos abandonados, herramientas, instalaciones en desuso.
Rodeada de denuncias y sospechas de corrupción, la promesa energética del kirchnerismo, continúa deteriorándose y sin concretarse. La Central debía inyectar al interconectado nacional 240 Mw. Aunque desde la Casa Rosada aseguran que la obra se concluirá, no hay fecha ni avances en las negociaciones con la empresa, y los montos en juego son millonarios.
El jueves pasado según supo Clarín, las autoridades de la firma solicitaron una audiencia con el ministro de Energía Juan José Aranguren y el CEO mundial de Isolux, Enrique Barreiro quien en una anterior reunión, llegó a proponer que en común acuerdo, pueden desistir de la obra, entregándola con el avance actual. De no llegar a un acuerdo, la firma no descarta acudir a la Justicia.
El notorio abandono en la Usina de Río Turbio. Foto Maxi Failla.
Las negociaciones no avanzan y el dinero volcado por el kirchnerismo y la deuda que dejó el extinto ministerio de Planificación Federal es el punto más discutido. La principal inquietud en el ministerio de Energía son los costos de la Usina Térmica. El informe de la SIGEN reveló que la obra modificó once veces su monto inicial, ya sea a través de “ampliaciones” o “Variantes” elevando su valor a U$S 1.631.355.105 cuando fue adjudicada por U$S 857.341.128: los adicionales de la obra incrementaron el 90,28 % del contrato original.
Vista de la chimenea de la Usina. La obra emplazada a metros de la mina de carbón Yacimientos Carboníferos ( YCRT ) actualmente sin trabajar. Foto: Maxi Failla
“La obra se va a hacer con nuestro números”, remarcaron desde la Casa Rosada a Clarín. Mientras, la firma española tiene también sus números. De deuda acumulada reclaman $ 1.400 millones ( $ 1.039 millones por certificados de obras y lo restante por el costo generado por los meses de paralización de obra). El ministerio de Energía tiene un pedido de $ 650 millones que exige la empresa, “para nuestra área hay $ 700 millones a favor nuestro, es decir ellos nos deben $ 50 millones”, explicaron a este medio. La empresa española considera que la obra y las últimas tres variantes aprobadas, se concluye con unos U$S 45 millones, suma que el Gobierno no abonará.
La obra que costó cientos de millones de dólares, en total abandono. Foto Maxi Failla.
Entre los números que analiza la secretaría de Energía, se encuentra el costo del megavatio instalado que está valuado en 6,91 millones $S/Mw. Dicho costo equivale, según la SIGEN, al 188% más que el costo internacional promedio estimado, que corresponde a 2,4 millón U$S/Mw.
La obra civil -según la empresa- tiene un avance del 93 %, otro número que no comparte el Gobierno, “para nosotros es menor el avance”, replican. La primera caldera, después que Cristina Kirchner la inauguró en plena campaña en 2015, estuvo encendida pocos días generando 120 Mw. Por falta de carbón, algo que debe garantizar Yacimientos Carboníferos Río Turbio, tuvo que apagarse. Nunca más funcionó.
Pese a los cuestionamiento, el Gobierno le adjudicó a Isolux el Tramo A de la obra en el Bajo porteño por U$S 160 millones.