Editoriales Panorama político

Menú electoral, en tres platos

El primer plato, fue la masiva movilización del 1° de abril, con la que el oficilalismo recuperó las calles.

Mañana habrá un hecho inédito en la historia del movimiento obrero, ya que el presidente encabezará el acto mayor por el Día de los Trabajadores, organizado por el titular de las 62 Organizaciones, Gerónimo Venegas.(Por Jorge Augusto Avila)

Buenos Aires, 29 de abril.(caraycecaonline) Aunque recién comiencen los escarceos, las elecciones legislativas son la principal causa de algunas alteraciones políticas que se advierten en estos días. El Congreso paralizado, reunido a regañadientes para causas puntuales, y con quorum estricto, indica que las preocupaciones de los  legisladores, pasan más por la renovación o no de sus bancas con sus abultadas dietas. Mientras, el Ejecutivo hace equilibrio entre la economía aún tibia, y la gestión con rumbo pero sin ritmo, mientras varios ministros ya se anotan en la grilla de candidatos. Los jueces tampoco la pasan bien, con peleas en los fueros y las angustias ante un horizonte incierto que marcan las renovaciones.

El aperitivo para el gobierno macrista venía bastante duro: las centrales sindicales y los llamados «movimientos sociales» movilizados, piquetes a doquier y paritarias  en pugna. La más complicada, en la provincia de Buenos Aires, con los docentes en una huelga que fue diluyéndose, en uno de los retrocesos más notables de la memoria sindical, con el preceptor general Baradel en retirada y próximo a medirse ante el trotskismo en su sindicato, el Suteba.

Sin embargo, dos hechos se conjugaron para aflojar las tensiones. La huelga de las CGT y la CTA, no tuvo el respaldo contundente que se esperaba, y sólo la adhesión del transporte público maquilló con ligereza esa falta de apoyo.  Los caciques gremiales tomaron nota, y se abrieron internas,aunque no es menor el dato de los acuerdos paritarios en grandes gremios: comercio, construcción, bancarios, estatales, petroleros, con acuerdos sectoriales por productividad y cláusula «gatillo» para una eventual diferencia inflacionaria.

Otro hecho clave fue la disuasión de cortes y marchas que gestó la gendarmeria. Los enfrentamientos se redujeron, las rutas y calles se despejaron  y pese a algunas incursiones  por la interna porteña de ATE, donde Hugo «Cachorro» Godoy disputa el liderazgo  a Pablo Micheli, la normalidad retorna . El gobierno recuperó el control de la calle, y generó tranquilidad en la sociedad, presupuesto indispensable para ordenar el resto de los factores en vista de la inminente campaña electoral.

Pero vayamos al primer plato, que se constituye con la notable movilización del 1° de abril, donde su magnitud conmovió tinglado oficialista. En primer lugar, la espontaneidad resultó clave. Las redes sociales aportaron un segmento menor. La mayor parte de la gente  se concentró en las principales plazas del país,   lo hizo bajo la consigna de defensa de la democracia.  Un promedio al de edad de los concurrentes, mostró que  quienes ya han pasado momentos difíciles,  conocen a estos activistas de café soluble, sólo capaces de sacar provecho del caos. Vale también el recordatorio para los funcionarios que no confiaron  en esta manifestación, que ratifica la voluntad de cambio de una sociedad hastiada de promesas incumplidas. Nuevo punto para el gobierno, con un apoyo que permitió fortalecer el mensaje oficial y  rechazó los aprietes de las variantes peronistas kirchnerizadas y los oportunistas de siempre, con ropaje revolucionario. La gente quiere reformas, claridad y juego limpio, y está dispuesta a salir a defender estas banderas todas las veces que sea necesario.

El plato principal, está vinculado a la variopinta oposición que busca quedarse con el próximo turno electoral. El tándem Massa-Stolbizer no parece la mayor amenaza, habida cuenta que el ex jefe de gabinete y la diputada litigante no despiertan pasiones sufragantes como lo demuestran las encuestas que los ubican lejos del oficialismo en distritos claves, sin lograr mejorar la performance de 2015. En este caso, se trata de una suma cero. El massismo ha bajado en manos de la conducción de Malena Galmarini y su mamá, Marcela Durrieu, y el bajo aporte de los «margaritos» no parece hacer peligrar la tendencia favorable al oficialismo que puede seguir administrando esta variable sin mayores sobresaltos. La clave está en el peronismo, que no termina de definir su estrategia electoral, aunque ya hay algunos indicios. El 24 de junio se cierran las listas y hasta ahora, todo indica que tanto Florencio Randazzo como Daniel Scioli los contendientes. Pero, en el caso del motonauta las dudas surgen por la sumisión demostrada a  Cristina Kirchner, que tras la «gira europea», podría anunciar su candidatura al Senado, bajando al ex gobernador. La «exitosa abogada» realmente ha logrado  una benevolencia inesperada de sus jueces y tanto Julián Ercolini como Claudio Bonadío, recién la pondrán en el banquillo el año próximo, así que no hay impedimento para que participe de la contienda.  Igual que Julio De Vido y otros sátrapas buscaría refugio en los fueros legislativos.

Esto favorece la estrategia de polarización de Mauricio Macri y sus huestes. Mañana habrá un hecho inédito en la historia del movimiento obrero, ya que el presidente encabezará el acto mayor por el Día de los Trabajadores, organizado por el titular de las 62 Organizaciones, Gerónimo Venegas. Será en el estadio de Ferro, donde habrá anuncios importantes sobre Impuesto a las Ganancias y mejoras en asignaciones, entre otros temas. Los cegetistas, en tanto, recurren al miniestadio de Obras Sanitarias, dejando en evidencia la relación de fuerzas y poder de convocatoria. Mientras,  tras el conflicto docente, la gestión bonaerense cobra renovado impulso con una fuerte reactivación de las obras públicas y las mejoras salariales, que comienzan a sentirse en el consumo. Con Elisa Carrió en Capital, y Rogelio Frigerio en provincia, la continuidad del proyecto de Cambiemos está asegurada, más allá de los resultados. No hay que olvidar que se trata de elecciones de medio término, donde los candidatos ya miran más al 2019 . Y la clave es el territorio bonaerense. Quien gane allí,  tendrá el horizonte más despejado. El kirchnerismo, con Néstor Kirchner a la cabeza, perdió con Francisco De Narvàez en 2009. Y en el 2013 Sergio Tomás Massa le propinó otra derrota al cristinismo puro, batiendo al lomense Martín Insaurralde.

Así  el 13 de agosto, en que se realizarán las PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias), que perfilarán las posibilidades de cada sector rumbo n las elecciones del 22 de octubre. Seis  meses, que no serán fáciles para nadie, aunque «las sandías parecen ir acomodándose» para que el gobierno realice una performance razonable.

Como telón, queda una Santa Cruz en llamas, tras el extenso mandato de la dinastia kirchnerista, con la hermana Alicia corriendo por Río Gallegos. Eso no se arregla con zócalos televisivos truchos. Y todavía no ha llegado el invierno. (www.caraycecaonline.com.ar)

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