En la aprobación del nuevo sistema previsional, inciden los cambios en materia impositiva y el pacto de responsabilidad fiscal ya aprobados, y el blanqueo laboral pendiente, que implicará el ingreso de 4,5 millones a ser nuevos aportantes al sistema previsional, social y sindical. Eso permitirá un equilibrio en los ingresos de Anses y mayor protección para las cuentas públicas, al margen de eliminar las jubilaciones de privilegio y los regímenes especiales, todavía vigentes para bancarios, docentes, legisladores y la Juusticia (Por Jorge Augusto Avila)
Buenos Aires, 23 de diciembre.(caraycecaonline) Si algo hacia falta para ratificar que somos un país intenso, dos hechos nos permiten verificarlo con absoluta certeza: la clasificación agónica al mundial de Rusia, en el último partido de eliminatorias y la violencia legislativa barrabrava de los últimos días. Sobre la cuestión futbolera, dejemos hablar a los «expertos» de nuestro país, donde todos somos directores técnicos. . Pero el recalentado diciembre que deparó el retorno de la violencia callejera e institucional, merece alguna reflexión. Hubo muchas críticas al gobierno por un supuesto apuro en buscar imponer con el nuevo elenco legislativo, el paquete de reformas que había anunciado . Esos análisis responden a un criterio obsoleto, que no parecen registrar los nuevos vientos que soplan en el país. La jugada de Cambiemo fue justamente pegar sobre caliente. Con el aval de los votos, el macrismo lanzó su ofensiva para establecer nuevos criterios en materia previsional, tributaria y laboral. Es cierto que la comunicación nunca fue el fuerte de este Gobierno, pero aunque se apelara a una mezcla de Marshall McLuhan, Umberto Eco y Eliseo Verón, explicar los beneficios del cambio de fórmula en el cálculo de los aumentos jubilatorios, la necesidad de mejorar la sustentabilidad del sistema previsional y lograr a mediano plazo mayor poder adquisitivo en los haberes, era un desafío cuyo resultado siempre sería insuficiente, como quedó demostrado. Por eso, esta fue la primera cuestión a debatir, atada a las restantes reformas. En la aprobación del nuevo sistema previsional, inciden los cambios en materia impositiva y el pacto de responsabilidad fiscal ya aprobados, y el blanqueo laboral pendiente, que implicará el ingreso de 4,5 millones a ser nuevos aportantes al sistema previsional, social y sindical. Eso permitirá un equilibrio en los ingresos de Anses y mayor protección para las cuentas públicas, al margen de eliminar las jubilaciones de privilegio y los regímenes especiales, todavía vigentes para bancarios, docentes, legisladores y la Justicia. Cuando llegue el turno de la reforma laboral, habrá otro debate, y allí se pondrá en valor la vigencia del sistema solidario que ha regido hasta el presente. «Quid pro quo», en busca de una sociedad donde el reparto sea más equitativo, y no se dependa de un bono para los que ganan la mínima.
Pero, ¿ era esto lo que realmente estaba en juego en las calientes jornadas del Congreso ?. Claro que no. Lo demostraron los pálidos argumentos de la oposición, que sólo pudo apelar a la violencia patotera inédita en el recinto legislativo, apoyada por un extravagante ensayo de «guerrilla de cotillón» con mortero tumbero incluído. La refriega no paso de eso aunque con un costo alto e innecesario de heridos y magullados gracias a las imbéciles provocaciones de Bonafini, Kirchner madre e hijo, ya que la tia Alicia firmó sin chistar el acuerdo con el gobiern, Moreau, Pitrola, Del Caño y compañía. Prueba de fuerza, claro que si, para una democracia que tiene todavía muchas cuentas pendientes. Sin los barones del Conurbano capitaneados por Eduardo Duhalde, arrasados en dos elecciones y pasados a retiro, y con D`Elia, Esteche entre rejas, los cruzados de la barbarie se tuvieron que «conformar» con destrozar bancos y monumentos, antes de volver con la cola entre las patas a sus guaridas. Bastante daño han hecho. El Congreso seguirá con función extraordinaria en el verano y el año próximo promete sesiones también caldeadas. Habrá que ver como funciona el impacto de los cambios en la economía real, el comportamiento de empresarios, sindicalistas y gobernadores, y especialmente, de los propios integrantes de la coalición gobernante, que en esta secuencia mostraron la hilacha un par de veces. La película acaba de empezar. Nuestro país y la sociedad tienen mucho para crecer, y el Estado para redefinir y jerarquizar las instituciones. Mientras tanto, llega el tiempo del milagro, la Nochebuena y la paz. Vamos a compartirlo intensamente, con esperanza, sin rencores y mirandonos a los ojos. Felíz Navidad.(www.caraycecaonline.com.ar)