Y resulta claro que, en lugar de discutirse sólo por los incrementos salariales, debería estar hablándose de la forma de potenciar la calidad educativa y buscando alternativas para graves problemas arrastra la Argentina en esta materia(Jorge Augusto Avila)
Buenos Aires, 17 de marzo.(caarycecaonline.com.ar) A pesar del optimismo de las autoridades, el inicio de clases bajo el fantasma del paro se reitera con preocupante asiduidad. Resulta inconcebible que, a escasos dìas del comienzo del ciclo lectivo, se sigan negociando salarios contra reloj en un clima de permanente tensiòn.
Y si bien las posiciones de unos y otros parecen distantes e irreductibles, sólo cabe abogar para que esta vez los alumnos no vuelvan a ser rehenes, como en años anteriores, de una disputa salarial y sufran dilaciones en el inicio de las clases.
Es una historia reiterada cuya tensión aumenta cada año al acercarse el mes de marzo. No ha faltado esa cuota de tirantez y suspenso en estos d¡as. Y resulta claro que, en lugar de discutirse sólo por los incrementos salariales, debería estar hablándose de la forma de potenciar la calidad educativa y buscando alternativas para graves problemas arrastra la Argentina en esta materia. Entre otros, los elevados índices de deserción escolar y de repitencia, o el pobre desempeño de nuestros alumnos en evaluaciones diversas, nacionales e internacionales.
De muy poco sirven las siempre rimbombantes campañas de comunicación, el plan de subsidios Progresar dirigido a reinsertar en el sistema educativo a jóvenes que no estudian ni trabajan o en las acciones de capacitación docente, cuando el país no esta en condiciones de garantizar año tras año que los alumnos tengan el mínimo de 190 días de clases propuesto como objetivo nacional. Tanto las autoridades nacionales como la comunidad educativa deberían preguntarse por qué‚ con un presupuesto educativo nacional elevado, la calidad de la enseñanza en la escuela pública es tan baja y por qué‚ razón los maestros siguen gozando de tan poco reconocimiento.
Aun cuando todo pueda terminar la semana próxima felizmente, corresponde reiterar que autoridades y sindicalistas deberían buscar otros caminos de superación de los conflictos, fuera de la presión del tiempo. Es injusto que los alumnos y sus familias queden sometidos a los vaivenes de los reclamos cuando son inalienables los derechos a la educación.(www.caraycecaonline.com.ar)