Editoriales 2018

Operativo desgaste

Macri vs. Cristina

(Jorge Augusto Avila)

Buenos Aires, 7 de julio.(caraycecaonline) La serie de factores que se conjugaron para complicar el panorama nacional durante la semana que pasó, sumó la instancia deportiva que, no por previsible fue menos dolorasa; la eliminación de nuestro  seleccionado nacional  de Rusia 2018. Tras un vergonzoso paso por el territorio ruso, hubo que soportar además el regreso del titular de la AFA, Claudio «Chiqui» Tapia, aclamado como  estrella en Ezeiza por un grupo de «dirigentes» organizados, sin duda, por su suegro Hugo Moyano. La mafia no se rinde. Y como si fuera poco, además de soportar  los tatuajes kirchneristas de Jorge Sampaoli y los negocios turbios de Tapia en el CEAMSE , tuvimos que escuchar a pseudo periodistas haciendo  de «filósofos» populares, hablando de metáforas de país, incidencias sociales y cuestiones que escasamente comprenden. Una verdadera afrenta para periodistas como Justo Piernes (*) o Luis Sciutto, que con el seudónimo Diego Lucero, fueron verdaderos intérpretes de la pasión futbolera. A ello se sum la confusión de algunos integrantes del gobierno en trasmitir las señales de contención de una crisis, y las consecuencias eventuales que surgirán de ella en el plano económico y político. 

El Banco Central volvió a tomar la iniciativa a comienzos de esta semana. Restringió aún más las condiciones de liquidez por medio de un nuevo incremento en los encajes bancarios, al tiempo que, en conjunto con el Ministerio de Hacienda y Finanzas, diagramó un esquema para permitir dolarizar carteras a los tenedores de Lebacs, sin que esto implique nuevas presiones sobre el mercado de cambios. Lo anterior, sumado a la batería inicial de medidas adoptadas por las nuevas autoridades del BCRA (como la primera suba de encajes, el establecimiento de límites más estrictos para la tenencia de dólares de los bancos, y la instrumentación de licitaciones diarias de divisas de entre USD 100 y 150 millones), permitió alcanzar una mayor calma en la plaza cambiaria, con la cotización del dólar cerrando incluso por debajo de la semana previa. Por otro lado, en estos días se conocieron también los números de la recaudación tributaria del mes de junio, la cual continuó creciendo a buen ritmo, sostenida -en gran medida- por los impuestos ligados al nivel de actividad. Su favorable evolución aporta nuevos datos concretos en la línea de acelerar la convergencia al equilibrio de las cuentas públicas y cumplir con las metas fiscales acordadas con el FMI, mientras comienza a discutirse el Presupuesto 2019.

Cerrado el primer semestre del año, la evolución de los recursos tributarios presentó un crecimiento que se situó consistentemente por arriba de la evolución del nivel de precios y también del aumento del gasto, lo cual ha permitido una reducción del déficit primario, no sólo como proporción del PBI, sino incluso en términos nominales. Al mes de mayo, con una suba de los ingresos del sector público nacional que resultó 7 puntos superior a la del gasto, el déficit primario acumulado de los primeros cinco meses de 2018 presentaba un descenso de 44% en términos interanuales, representando 0,37% del PBI, equivalente al 14% de la meta anual de 2,7% del mismo. La evolución que presentó la recaudación tributaria durante junio contribuye a reforzar esta tendencia, sumando más datos de avances concretos de cara a una corrección más acelerada del desequilibrio fiscal, en línea con lo previsto en el acuerdo con el FMI, elemento clave para recomponer la confianza de los mercados.

Empero, las debilidades de la economía comienzan a sentirse también en el mercado laboral: la generación de empleo privado se ha desacelerado fuertemente durante el primer cuatrimestre del año. A su vez, la evolución del salario real comienza a mostrar una pérdida frente a la aceleración inflacionaria. La  combinación de ambos factores tendrá un impacto negativo en el consumo de corto plazo. Sin embargo se destaca un factor positivo en el horizonte: la generación de empleo público registra las menores tasas de variación en muchos años.

Cuando se analiza la composición del empleo público, y si bien no se cuenta con datos desagregados para el año 2018, podemos pensar a la luz de los números del 2017 que el esfuerzo está siendo llevado a cabo por el gobierno nacional. El año pasado, la Nación redujo en términos netos su planta de empleados en un 1,1% mientras que las provincias y los municipios en conjunto siguieron expandiéndola en aproximadamente un 2,1%. Es decir que, hasta el momento, la responsabilidad de ordenar una planta de empleo público sobredimensionada en los últimos años está siendo tomada únicamente por la Nación, aunque los otros niveles de gobierno al menos han reducido la tasa de crecimiento.

Los meses que quedan por delante serán difíciles en cuanto a generación de empleo y salario real, pero dejar de utilizar al sector público para amortiguarlo, aunque tenga costos en el corto plazo será redituable en el mediano y largo plazo.

No hay metáfora futbolera en la realidad. La discusión del Presupuesto 2019 es clave para determinar que país queremos. El del esfuerzo y compromiso, o el demagógico facilista. La oposición lo sabe desde el primer día del triunfo de Cambiemos, cuando comenzó el «operativo desgaste» a través de la Reina Cretina que se negó a entregar el mando y el bastón presidencial. Su trío de títeres Pichetto-Massa-Moyano, por suerte no tienen manejo directo de recursos como los gobernadores e intendentes. Entre quienes pueden hallarse interlocutores varios, que nos permitan de una vez descartar a los «canayas», como decían Piernes y Diego Lucero. Que sabían bien de quienes hablaban.(www.caraycecaonline.com.ar)

 

(*)Solidaridad con los compañeros de la Agencia Nacional Télam

 

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