Editoriales La semana polìtica

Antes que oscurezca

La deiputada Elisa Carriò y presidente Macri

Dejemos ya las riñas de cordel, que es mucho el esfuerzo social, la expectativa y la esperanza para recuperar un rumbo diáfano.(por Jorge Augusto Avila)


Buenos Aires, 6 de octubre.(caraycecaonline) Quizá en los próximos cuarenta años, hablamos todavìa  de lo que paso en los últimos cuarenta años. Para la diputada Carrió,  autoproclamada regente de la república democrática  parece el ejercicio más adecuado. Claro que al hacerlo, parece decir que no es posible una renovada construcción de la verdadera democracia republicana, sobre las sólidas bases de la memoria colectiva. Tarea aún pendiente, entre otras cosas, por ese revisionismo endogámico que nos propone a cambio de tijeretazos  a la esperanza de encontrar nuevos caminos. Lo que propone la  cuestionadora diputada es reproducirnos en su misma matriz de maquillada rigidez. ¿ Que se propone con ello ?. Lo mismo que intentó en su paso radical, aliancista y unionista (UCR, Alianza, UNEN), sus divisas anteriores. Conservar el centro de la escena, a cualquier precio. Claro que todos nos sentimos indignados con la absolución de Carlos Menem, y un análisis equívoco, del propio ministro Germán Garavano que no atañe, como el mismo aclaró al destino de la hoy acorralada ex presidenta y su banda. Sentimos la misma tristeza e indignación que por los indultos a Videla, Massera, Agosti y Firmenich, en los 90. Pero es preciso analizar el nuevo contexto. ¿ Es posible esperar otra cosa de esta Justicia que proviene de la nacida tras la acordada de la Corte  Suprema del 10 de septiembre de 1930, que sentó las bases del reconocimiento a gobiernos y normas de facto ?. ¿ No parece un desafío al espacio abierto con el reciente ascenso del jurista  Carlos Rosenkrantz, discìpulo de la doctrina de Carlos Nino, a la presidencia del máximo Tribunal ?. Con ese solo paso, se abre un camino de cambios en uno de los poderes clave del Estado. Y con ello, son de esperar nuevos pasos que eviten la continuidad borrascosa de la subordinaciòn judicial al poder polìtico de turno. Como ocurre con la economía, los cambios son resistidos, complejos e implican batallas incesantes. Es así que vemos hoy al BCRA como un administrador de plazos. Su rol es mantener tasas en estos niveles para estabilizar “a cualquier costo, pero transitoriamente” al dólar, a la espera de una mayor oferta de divisas hacia fin de año y comienzos del 2019 cuando los dólares del agro comiencen a aparecer y la restricción financiera haga que se comiencen a vender los dólares que estuvieron comprando hasta ahora. A su vez, en los próximos meses la demanda de dólares continuará resintiéndose por menores importaciones, menores viajes al exterior y una capacidad de atesoramiento menor. Cuando estos efectos comiencen a tomar fuerza, la cotización debería bajar o mantenerse estable sin necesidad de estas tasas, habilitando al Banco Central a relajar su política monetaria, desacelerando el crecimiento de sus pasivos remunerados (para evitar el efecto desestabilizador posterior) y dando respiro a la actividad privada. La estrategia elegida, tiene también efectos positivos sobre la aprobación del Presupuesto nacional. El beneficio de las economías regionales hace que los gobernadores, en su mayorìa de distinto signo al gobierno, impongan a sus legisladores una visión acuerdista que puede fructificar en un consenso mayoritario para una próxima aprobación. El Congreso, otro de los poderes republicanos clave, recuperaría así una extraviada razonabilidad. Y finalmente el Ejecutivo, surge dispuesto a poner límite a los desestabilizadores oportunistas, que ahora cuentan como nueva aliada a Carrió, quizá con fines electoralistas. Dejemos ya las riñas de cordel, que es mucho el esfuerzo social, la expectativa y la esperanza para recuperar un rumbo diáfano, antes de que la Nación sucumba nuevamente, a la oscuridad de la razón.(www.caraycecaonline.com.ar)

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