Buenos Aires, 3 de noviembre.(caraycecaonline) Si bien durante una semana más, gran parte de nuestra población estará obsesionada  la final de la Copa Libertadores, crecen las inquietudes  a nivel local, regional e internacional. Son  políticas, sociales y económicas, los enjuagues que rodean el desenlace  entre Boca y River. Nuestro país presidirá a fines de noviembre el G20,una de las cumbres  de mayor relieve mundial . El el grupo de potencias y países líderes  globales, examinarán  «in situ» cómo está  la Argentina. En medio de una crisis cambiaria y la recesión económica, que obligaron  recalcular las metas de nuestra economía. En vísperas del año electoral, se instaló un panorama ambivalente. El creciente escarnio de los casos de corrupción  kirchnerista, sumió al peronismo en profunda crisis , si bien todos esos sectores pactaron con los K durante su mandato.  Y el gradualismo, la impericia comunicacional y la inexperiencia de la coalición Cambiemos,  se potenciaron con la recesión y la inflación. ¿ Que hacer ?, se pregunta el ciudadano.  La mayoría ya ha resuelto decir no a la corrupción sistémica, que implicaría  un eventual retorno kirchnerista o peronista con todas sus variantes. Esto último explica que  Cristina K, la jefa de la banda de valijeros, con y sin cargo, conserve un intención de voto de sólo 25%. Lo que la perfila como eventual candidata. El llamado «peronismo racional» no ofrece más que variantes de parecido nivel: Felipe Solá, Sergio Massa, Miguel Pichetto. Este horizonte, como el de las fuerzas «progresistas» sólo ofrece sólo más disloque y callejones sin salida. Por su parte el oficialismo encabezado por Macri-Vidal, ha renovado las expectativas con  la aprobación del Presupuesto y el ingreso de fondos frescos para sanear la economía. En especial, con  la restauración del equilibrio cambiario y fiscal. ¿ Alcanza para remontar las expectativas ?. Aún no. Es necesario superar  meses claves, claro que sin más cálculos erróneos,  que debería tener como ejes la recuperación educativa, la eficiencia judicial y  estrategias renovadas de seguridad. Hasta entonces, hablar de Macri 2019 es, cuanto menos, apresurado. Aunque, a favor de Cambiemos, juega su solidez como frente político, la experiencia política de gobernar en minoría parlamentaria, y aventar los delirios tremendistas sobre el destino nacional. Aquí si, hay racionalidad y proyecto.  A diferencia de Brasil, sin ser una potencia regional, nuestro país es un aliado indispensable en materia de producción de materia prima. Debe seguir construyendo su perfil de socio confiable . El efecto se verá en la próxima cumbre, de la cual depende en gran medida nuestro futuro. Y allí no habrá «VAR» ni definiciones por penal. Después de un invierno crudo, quizá haya llegado el momento de comenzar a relajarnos. A diferencia de otros países de la región donde el traslado a precios de una devaluación es  menor, los ajustes de cuentas corrientes en Argentina son recesivos internamente, al acelerar la inflación y provocar una caída del poder de compra de los salarios. Es decir este ajuste es  “doloroso” para los ingresos reales, actividad económica y empleo. Pero necesario para estabilizar nuestra economía.. El desafío para los siguientes meses será cómo lograr balancear las demandas sociales, que pugnarán por recuperar el nivel de ingresos en dólares y en pesos contantes perdidos. Una buena dinámica exportadora ayudaría a mitigar este conflicto.(www.caraycecaonline.com.ar)
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