Editoriales

Justicia para todos

La protegida por sus fueros y sus socios,Cristina Kirchner, debe ir presa. Como lo está su colega Lula en Brasíl. Vemos así, como el peronismo residual, los desorientados progresistas e incluso los dubitativos aliados oficiales enfrentan el nuevo escenario. (Por Jorge Augusto Avila)

Buenos Aires, 15 de diciembre.(caraycecaonline) Una de las imágenes mas impactantes de la semana, fue la de un detenido quien en la sala del tribunal  arrojó un recipiente contundente contra la fiscal del caso, quien  acababa de calificarlo «delincuente de alto riesgo». Para muchos, pasó inadvertido, en medio del vendaval de denuncias contra el controvertido vecino de Nordelta y actor Juan Darthés, o los vericuetos que siguen sobre la «superfinal» madrileña de Boca-River. Sin embargo, la gravedad del caso muestra el pertinaz ataque a la Justicia que vive nuestra sociedad desde hace muchos años y ahora se verifica con los atentados violentos contra sedes judiciales y funcionarios. Ametrallamientos, bombas, amenazas, constituyen una cuestión cotidiana, no sólo en Rosario, sino en todo el país. ¿ Cual es la explicación a esta ofensiva ?. Una primera aproximación revela que el fin de la impunidad motiva tal acción, por parte de narcos y carteles ya instalados en el país. Pero también, por quienes han dado sustento a su crecimiento desde los 90 . Fue el copamiento, quema de expedientes, y posterior destrucción del Palacio de Justicia de Colombia, un década antes, financiada por Pablo Escobar y consumada por los «narcos-guerrileros», la que permitió la impunidad de un amplio espectro de delincuentes y asesinos, la posterior llegada del propio Escobar al senado colombiano y la constitución de ese país en un «narcoestado», en el cual esa sufrida sociedad se debate entre el éxodo y la supervivencia tutelada. Algo similar se busca aquí. Desde el sojuzgamiento menemista, la ineficacia radical, la complicidad «progre» hasta los intentos de colonización kirchnerista, se ha mellado la administración de Justicia en el país. El hecho más notorio ha sido la excarcelación de Amado Boudou y su socio José Nuñez Carmona hace pocos días. Continúa con los incesantes pedidos similares de otros delincuentes, y alcanza su punto más álgido con la libertad que goza la jefa de la banda, Cristina Kirchner,  «la depredadora de El Calafate» y sus secuaces. Mucho del malestar social que existe debe ser  analizado a la luz de esta flagrante impunidad, que desde algunos sectores del Gobierno se agita en tiempos preelectorales. La búsqueda de persistencia en la polarización se ha convertido en una trampa que solo conduce a recorrer abismos conocidos. Puede atribuirse a la mala comunicación,  los errores de gestión o las dificultades emergentes de los cambios y transformaciones. Pero es  cierta protección, con fines políticos, la que encierra los resultados fallidos en la economía y el desarrollo social del plan de gobierno. Más allá de logros, es la depuración y el respeto a la independencia judicial, lo que con mayor incidencia ha provocado una brecha entre un amplio sector de la sociedad, que aún apuesta al cambio. La protegida por sus fueros y sus socios,Cristina Kirchner, debe ir presa. Como lo está su colega Lula en Brasíl. Vemos así, como el peronismo residual, los desorientados progresistas e incluso los dubitativos aliados oficiales enfrentan el nuevo escenario. Si el coraje cívico nos rescata de un futuro ominoso, o revela una renovada oportunidad. Dejemos que la Justicia a secas (sin el apócope de «legitima», «garantista» o cualquier otro) invesitigue, verifique y dictamine. Con la Cretina mayor, como con Darthés, el padre presidencial, su hermano y los «barrabravas». El pensador alemán Max Horkheimer decía: «Fidelidad a la moral social significa impedir que el miedo atrofie nuestra capacidad de pensamiento».  Justicia para todos, menos especulaciones y más hechos es lo que se reclama.(www.caraycecaonline.com.ar)
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