
Dolores estomacales y elecciones
Buenos Aires, 1 de junio. (caraycecaonline) El escenario electoral para las PASO y para octubre, continúa marcado por la influencia de cierta conciencia colectiva que se advierte en actitudes concretas. Las contingencias del paro de fin de mes organizado por la CGT más desacreditada de nuestra historia y las volteretas de saltinbanqui de Sergio Galmarini de Massa revelan el escaso nivel de incidencia popular que la política nacional pretende sobre la sociedad, mientras llegan días para definir candidaturas. Pero esencialmente en cuanto a continuidad o cambio de los proyectos vigentes. Para algunos «la gente votará con el bolsillo, la víscera mas sensible». Otros hablan de votar con el «corazón». Error, la gente vota con el estómago, que nada tiene que ver con otras partes del organismo o de los trajes de ocasión. ¿ Porqué ?. Alli se concentra la memoria personal de cada experiencia y los resultados de la misma. Se podría hacer un breve relato de todas las enfermedades que llevan acumulados los argentinos, desde el reflujo gastroensofágico, pasando por la gastroenteristis, hasta llegar a la colitis ulcerósa. Pero vamos a detenernos en la indigestión. Estamos hartos de tragarnos sapos. De las promesas inconclusas que nos susurran por radio, TV o carteles en cada campaña. Y de los asesores charlatanes (bien pagos y generalmente foráneos) que creen tener la verdad revelada de las masas. El bloque del kirchnerismo residual, sumado a «renovadores» y algún otro navegante perdído, tratará de consolidar la fórmula de «los Fernández» lo que provocará, sin duda, una «diarrea» general sólo comparable a la «década ganada», que dejó una retahila de juicios perdídos en el exterior, deuda externa e interna impagable, y el mayor aumento de pobreza e indigencia de la democracia, comparable a los parámentros del «onganiato», que por estos días se rememoró a través de diversas interpretaciones del «cordobazo» y secuelas. Pueden ponerle peluca al retrato de Juan Carlos Ongania o bigotes de «morsa» a la perseguida «reina Cretina». Por otro lado, el oficialismo se acerca a la consumación de una nueva coalición que incluye a esa suerte de «liga» de gobernadores en la cual buscarán un lugar, a partír de esta semana, el sanjuanino Sergio Uñac, con su reelección, y Oscar Herrera Ahuad, actual vicegobernador misionero. La tendencia es el continuismo de las gestiones y en tal sentido, la reciente ratificación del cordobés Juan Schiaretti indica, movimientos internos que ya pueden advertirse en el Gobierno. Esta partitura inconclusa podrá ser escuchada el 27 de octubre en las urnas. En medio de las turbulencias globales, el previsor acuerdo con el FMI y los resultados comerciales del primer semestre, muestran el acierto de tales medidas, más allá de los agoreros que proclaman incertidumbres para el futuro. A un ritmo lento y sin esperar una recomposición salarial significativa, vemos una estabilización del poder de compra que podría cerrar el año con un crecimiento del 2% en relación al cierre del año pasado. En este sentido será crucial la evolución de la inflación durante los meses próximos. Si el Banco Central logra afianzar la estabilidad cambiaria conseguida durante los últimos treinta días, es esperable una reducción significativa en el ritmo de evolución de los precios en el corto plazo que ayude a recomponer parcialmente el poder adquisitivo de los trabajadores y comenzar un camino de recuperación lenta y gradual. En definitiva, tanto en relación al ritmo de caída del empleo como a la evolución del poder adquisitivo de los salarios, los primeros meses del 2019 indicarían estarían señalando que el impacto negativo de la crisis cambiaria del año pasado sobre el mercado laboral, y el bienestar de los trabajadores podría comenzar a ser revertido. Sin desmedro de ello, aún resta estructurar las variables señaladas, y que la historia vomite a los tibios, como Roberto y Marco Lavagna, los «progres» de salón, y la «izquierda» de cafe con leche. Todo para no indigestarnos.(www.caraycecaonline,com.ar)