En primer lugar, hay que quitar del análisis el clima de transición que busca instalar el kirchnerismo, reciclado tras el ocultamiento mediático de la candidata prófuga,El oficialismo, en tanto, tiene confianza en revertir las cifras del domingopara forzar un balotaje (Por Jorge Augusto Avila)
Con el correr de los días se registró un leve rebote y los activos parecen haber encontrado un momentáneco piso. La pérdida de valor fue muy fuerte, pero la caída libre encontró un soporte y se detuvo. Estos movimientos cristalizaron la falta de confianza del mercado en este espacio de aparente moderación, comandado por Alberto Fernández. Las políticas aplicadas durante los 12 años de gobierno K, en particular durante el último período presidencial, no se pueden olvidar. En diciembre de 2015, entregaron el país con un cepo cambiario, reservas netas en el BCRA en cero, múltiples restricciones a los movimientos comerciales y financieros con el resto del mundo y en default de la deuda pública. A este historial, se suman las últimas declaraciones por parte de referentes del espacio: algunas muy apropiadas, comprometiéndose a pagar la deuda. Otras inconsistentes. El candidato a Presidente opositor expresó que “el dólar a 60 pesos está bien”, mientras que Felipe Solá dejó entrever la posibilidad de volver a implementar un control o desdoblamiento cambiario.
Un dólar a 60 pesos hace bastante más pesado el cumplir con la deuda, llevando el ratio de deuda/PBI del 80% a superar el 100% por lo que para pagar los vencimientos será más difícil que hasta el viernes pasado cuando el dólar estaba en $ 45. A su vez, si el dólar a 60 es un precio lógico, cuesta entender por qué Solá propone un desdoblamiento cambiario si a ese precio el mercado estaría “en equilibrio”. Estas declaraciones cruzadas, no aportan la solidez necesaria para superar la incertidumbre.
Si las restricciones políticas internas una gestión que contenga y corrija los desequilibrios fiscales y monetarios, habrá que esperar que la crisis sea mayor. Más grave-
Así las cosas, el oficialismo comienza a levantarse con una batería de medidas en busca de suavizar lo máximo el impacto en los ingresos reales y la capacidad de consumo que esta depreciación y aceleración inflacionaria tendrá sobre la población.Es una muestra de iniciativa política para reafirmar que más allá del resultado en las PASO, su mandato continúa. Para loa referentes oficialistas ,los resultados del próximo 27 de octubre serán los definitorios. Tiene confianza en revertir las cifras del domingopara forzar un balotaje. Aquí jugará un papel decisivo la responsabilidad ciudadana. La incógnita es si se atreverá a dar una decisión definitiva sobre el camino elegido en 2015, en busca de mejores perspectivas, con un cambio de modelo hacia el crecimiento económico. O prevalece una opción viculada a la corrupción, el autoritarismo y la violencia. La diferencia es ser protagonistas, en el primer caso, o meros espectadores en el segundo.(www.caraycecaonline.com.ar)