Editoriales La semana política

Mala reputación

El peligro de una inflación sin control

Entre lo neceesario y lo urgente, la fiesta kirchnerista, tendrá nuevamente un costo, que solo sabremos cuando regrese un gobierno creíble.(Por Jorge Augusto Avila)

Buenos Aires, 1 de noviembre.(caraycecaonline) Los resultados electorales dejan márgen para variadas reflexiones e interrogantes. ¿ Logragrá el kirchnerismo  encabezado por los dos Fernández, reverir la estruendosa imágen de corrupción: bolsos arrojados a un convento, asesinatos impunes y ocultamiento de cifras oficiales de toda índole?  Hay variadas explicaciones , pero el ejercicio puede resultar agotador sino centramos la mirada en las cifras, y nos dejamos llevar por la bronca, la sorpresa o el enojo. Sin duda, la evaluación final debe reconocer la extraordinaria performance de la coalición oficialista, pese a no lograr quebrar la tendencia que impidió el balotaje. El nuevo escenario con provincias y municipios bonaerenses retenidos porJuntos por el Cambio y otros que se han sumado, configura un futuro esperanzador. En cantidad de votos, también la ecuación es favorable a la coalición de gobierno y su crecimiento exponencial fue advertirdo incluso por los vencedores del Frente de Todos, el cual a su vez logró conservar los bastiones del Conurbano , base de su éxito. La realidad que se abre, es mucho más compleja y diversa. En el Congreso,  donde se concentra el cristinismo, han perdido la mayoría en las dos càmaras, algo que les obligará a la negociación. No tienen antecedentes en la cuestión por falta de voluntad y también, de capacidad. En ese ámbito es donde la próxima oposición debería concentrar sus mayores esfuerzos. En el plano provincial, donde «la Cámpora»  encaramó fuerzas, es donde se presume  se producirán las mayores ficciones. Para el presidente electo, la consolidación de un frente interno homogéneo, implica un desafío cargado de imponderables. Se desconocen hasta el momento, los acuerdos alcanzados con la autócrata retornada al poder. Todo indica que las complicaciones internas para el tio Alberto, serán mayores que las exigencias que plantea una crisis, que también desgastó al gobierno y no presenta atisbos de cesar. Por otra parte, la mentada y formidable grieta instalada por el kirchnerismo tras su primera derrota electoral en 2009, ha adquirido otras dimensiones en materia generacional y territorial. La clase media jóven urbana ha manifestado un fuerte rechazo al retorno de la banda saqueadora, en especial porque han sido los principales damnificados durante las gestiones previas de los K. E intuyen que esto se reiterará. El empresariado, vuelve al modelo «amiguista» que  le redituó ganancias ingentes durante esa «década ganada». En cuanto a los sindicatos, los reclamos se acumulan y las perspecivas de unificación se diluyen. Los llamados «movimientos sociales», a su vez,  ya han dado na  respuesta negativa al pedido del próximo presidente. Así, el cuadro es alarmante. Lo demuestra  la primera crisis con nuestro principal socio, Brasíl. No es un dato menor, considerando que la búsqueda del camino «bolivariano» desde Caracas, parece recargada. La mala reputación en materia de cumplimiento de acuerdos, ha sufrido un fuerte retroceso con este cambio.A diferencia de fines de 2015, el déficit primario se acotó y mucho y  las necesidades de seguir ingresando al mercado internacional de deuda se redujeran notoriamente. Pasamos de un déficit de 4,8% del PBI a uno de 1% a diciembre próximo. Una similitud con dicha época y con la que finaliza este gobierno también, es la imposibilidad de renegociar su deuda tras haber quedado fuera de los mercados internacionales, con un Riesgo País por encima de los 2.000 puntos y un default técnico selectivo de sus compromisos de corto plazo. Acotando aún más los canales de financiamiento futuro.

El estancamiento de la economía y una mayor inflación  y la incertidumbre de cuan corregible será este fenómeno, derivó en una fuerte caída de la demanda de dinero, encontrándose en un nivel comparable a los de la crisis de 2009. Así,  recurrir a la emisión monetaria para solventar los gastos puede derivar en una espiralización inflacionaria, que podrá ser contenida en el corto plazo por un cepo cambiario, pero que en el largo plazo deja de tener efecto si se descree que ese valor del dólar será sostenible. Entre lo neceesario y lo urgente, la fiesta kirchnerista, tendrá nuevamente un costo, que solo sabremos cuando regrese un gobierno creíble. En materia judicial 2020 se presenta más incierto que durante la anterior transición. A los gestos notorios de ciertos estamentos de tribunales, apañando la impunidad, la indignada respuesta social revela que, más allá de un resultado, hay en el futuro acciones y valores, no negociables.(www.caraycecaonline.com.ar)

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