O cuidado con los precios ?
Buenos Aires, 1 de diciembre.(caraycecaonline) A poco de desembarcar en el poder, la armada Brancaleone capitaneada por la arpía Cristina Kirchner y su títere insignia, el ya bastante vapuleado Albertico Fernández, sigue sin despertar mínimas esperanzas sobre el futuro. En todos los ámbitos. A nadie sorprende la rápida búsqueda de impunidad bajo las consignas zaffaronistas de La Cámpora y los despreciables aliados de Miles, Quebracho, Morena, entre otros quebrados de dstinto orígen. El término acuñado por el macrismo conómico respecto a las negociaciones de la futura deuda, aludiendo a reperfilar las perspectivas, bien puede utilizarse. Tanto en el caso de la justicia, esa vergonzosa de ojos tapados, que se apura a conservar las prerrogativas y beneficios de la familia judicial, antes de garantizar la vigencia del Estado de Derecho. La ostensible presión para demostrar una inexistente persecución política hacia los kichneristas convictos, condenados, procesados o imputadojs, no es «arbitraria» como afirma el presidente electo. El profesor acude a tecnicismos penalistas, para justificar el accionar de todos los funcionaros del ex gobierno de Cristina Kirchner. Impresentables. Desde la cumbre, donde se han opuesto a una transición ordenada, hasta el último de los legisladores electos miran para otro lado a la hora condenar este accionar oprobioso y contratrio a las instituciones. No hay un solo organo del Estado que desde la asunción del gobierno de la coalición macrista, se niegue a entregar los balances y la memoria de lo actuado. Se trata de una práctica inusual para el kirchnerismo. No hay nada que ocultar. Sin embargo, tienen mucho que esconder los principales actores del escenario político y económico que se abre el 10 de diciembre. Desde el lamentable desempeño en materia de política exterior, donde el alineamiento automático con Cuba y Venezuela prevé un camino de cornisa, hasta los petendientes a manejar la economía, que ya cuentan con el listado del retorno de los «empresarios amigos», las nuevas retenciones agropecuarias, y la emisión que traerá conscuente alza inflacionaria. «Vamos por todo», se repiten con Axel Kicillof a la cabeza de la provincia más poderosa. Un ex ministro fracasado que nos dejo en default y con los buitres merodeando. A ello sumemos las cruzadas del papista Juan Grabois, repudiado hasta en Bolivia, y la regresada entente filo terrorista musulmana de Luis D´elia y Esteche. Además, la caraculica mayor, Cristina, ya le indicó a Alberto, un acuerdo de precios y salarios que históricamente ha demostrado ser poco beneficioso . Y siempre con graves daños económicos. Probablemente, y como ya ha ocurrido en otros momentos de la historia local, la primera medida en esta dirección apunte hacia un pacto de dudoso cumplimiento entre Gobierno, empresarios y gremios . Ciertas variables para que la economía podrían encausar un sendero de expectativas de inflación a la baja, en donde cada uno deberá ceder en la puja nominal, pero en términos reales los costos no serán equitativos. Estarán involucrados los salarios, las tarifas, el tipo de cambio y los precios de los bienes de mayor difusión. Lo cierto es que en la mayoría de los países los controles de precios se utilizaron de manera excepcional, ante circunstancias bélicas o casos de emergencia para luego ser abolidos. En Argentina es diferente. . Dentro de esos tipos de acuerdos destacan: los precios vigilados, es decir, la obligación de comunicar periódicamente las modificaciones de precios a las autoridades de aplicación. Los Concertados, entre los que el Estado y las empresas productoras y comercializadoras debían acordar previamente ante una eventual modificación. Luego, los precios Controlados para los que se debía obtener la aprobación previa de la autoridad de aplicación antes de aumentarlos. Los precios Máximos, donde el Gobierno fijaba límites máximos para ciertos productos y, por último, los congelamientos transitorios y generalizado de los precios, y como consecuencia el desabastecimiento. Asín la CGT renuncia a un bono extra para fin de año ante la feroz reacción de otro procesado judicial, Hugo Moyano y familia; los empresarios se regodean calculando márgenes de ganancias, y los financistas (bancos, prestamistas, etc.), esperan la estampida. Mientras tanto, la sociedad oscila entre el asombro y la desesperación. El nuestro es un país donde los lobos no aullan. Maullan.(www.caraycecaonline.com.ar)