El Presidente de la Nación está proponiendo como procurador al mismo juez que él acusó de haberle garantizado la impunidad a su compañera de fórmula. (Waldo Wolf para LA NACION. El autor es diputado nacional por Juntos por el Cambio)
Pero, como la realidad suele superar a la ficción, podemos usar un término jurídico que sintetiza este proyecto de impunidad a cara descubierta: «A confesión de parte, relevo de pruebas».
El Presidente de la Nación está proponiendo como procurador al mismo juez que él acusó de haberle garantizado la impunidad a su compañera de fórmula. «Dos delitos cometidos», dijo quien es profesor de derecho penal. Las dos causas que el Presidente de la Nación señala como «máculas de impunidad» fueron instruidas por el juez Rafecas y en ambas fue removido de las respectivas causas de manera unánime por la correspondiente Cámara en medio de escándalos que incluyeron cientos de mensajes de WhatsApp enviados al abogado del presunto testaferro de Boudou -José María Núñez Carmona- a quien le adelantaba las futuras acciones del juzgado.
Lo segundo que debo decir es que no hay ninguna posibilidad de que el juez Rafecas sea elegido procurador sin la ausencia -el día en que se vote su pliego- de algún senador de Juntos por el cambio, que descuento que no va a ocurrir ya que confío en la absoluta integridad de cada uno de ellos.
Juntos por el cambio tiene el tercio necesario para hacer valer su posición de que no se consagre la impunidad declamada por el Presidente. La suma de los senadores del PRO más los de la UCR da el número para hacer valer nuestra posición en contra de la consagración de la impunidad declamada ya a los cuatro vientos.
El año legislativo comenzó con el traspaso de tres diputados de Juntos por el cambio a las filas de Fernández-Kirchner. Siempre es saludable para quienes practicamos el ejercicio de tener algo de coraje cívico de nombrar a los diputados Ansaloni, Carambia y Avila que emularon a quien transformó su apellido en verbo, el célebre Borocotó, quien saltó al kirchnerismo en 2005, tras ganar una banca con el macrismo cuando -casualmente- el Jefe de Gabinete de ministros de Néstor Kirchner era el devenido en cultor de la palabra, nuestro presidente Alberto Fernández.
Es imposible luchar contra los especialistas en comprar voluntades si aquellos que sostenemos de verdad el valor de la palabra no llamamos a las cosas por su nombre.
Juntos por el cambio y la elección de Rafecas como procurador son incompatibles. Los especialistas intentarán torcer voluntades, disgregarnos, rompernos. Depende de nosotros.(www.caraycecaonline.com.ar)