Es la última y gran reserva ictícola del planeta, Hay más de 400 barcos de 60 países que están operando en esta zona del océano. Nuestro paìs pierde unos U$S 2.000 millones anuales.
Hay tres indicadores fundamentales de esta tendencia decisiva de la alimentación global: la pesca de captura (que se realiza en los mares) ha aumentado 14% entre 1990 y 2018, en tanto el consumo ictícola ha crecido 122% en este periodo, pero la acuacultura ha trepado un fenomenal 527%; y de ese total más de 60% en Asia, y sobre todo en China.
Esto ocurrió en una producción global que alcanzo a 179 millones de toneladas en 2018, de las cuales específicamente las destinadas a la alimentación fueron 156 millones.
La pesca de captura representó 84,4 millones de toneladas en 2018, un incremento de un 4% respecto al año anterior en que alcanzó a 81,2 millones de toneladas; y China, Indonesia, Perú, e India –en ese orden- fueron los cuatro primeros captores del planeta, con más del 35% del total.
De ese total, la producción que se realiza en factorías terrestres representó 62,5% (51,3 millones de toneladas); y la inmensa mayoría de esa producción se realizó en Asia (89% del total), y los cuatro principales países productores son China, India, Indonesia y Vietnam.
La producción ictícola ocupa a 59,5 millones de trabajadores, de los cuales 20,5 millones se desempeñan en la acuacultura; y en ella los trabajadores asiáticos son más de 50 millones.
La República Popular responde por más de 60% de la acuacultura en el mundo; y la producción de los últimos 10 años se encuentra en el orden de los 50 millones de toneladas anuales, más de 10 veces lo que elabora el segundo productor, que es India.
Junto con la ganadería porcina, la producción industrial ictícola son las responsables de la compra de harina de soja y soja de EE.UU., Brasil y la Argentina al mercado doméstico de la República Popular.
El puerto de Dalian sobre el mar de China, cerca de la frontera con la península coreana, es el gran punto de recepción de la soja y la harina de soja de Brasil y la Argentina. Hay un vínculo directo de transporte de carga entre Dalian y el Puerto de Rosario.
También China es la principal importadora de productos ictícolas en el mundo, con compras por más de U$S 6.000 millones anuales; y la sigue en orden de importancia Japón, que adquiere aproximadamente la mitad (U$S 3.500 millones por año) en igual periodo.
El cálculo que hace FAO es que mientras el consumo de productos ictícolas asciende a 16,5 kg anuales per cápita, en la República Popular es 10 kilos superior, (26,8 kilos por año); y para eso utiliza 30% del total de la fuerza de trabajo del sistema global (unos 18 millones de trabajadores).
También China dispone de la mayor flota pesquera del planeta, con 3.200 embarcaciones que se desempeñan en más de 60 caletas de todos los mares del mundo, incluyendo y en forma primordial, el Atlántico Sur.
El Atlántico Sur, con epicentro en las Islas Malvinas y las aguas Continentales Argentinas, es la última y gran reserva ictícola del mundo. La única que todavía es superavitaria en su stock.
El Atlántico Sur era un mar vacío en 1982, cuando la Argentina luchó 74 días por tierra, mar y aire contra Gran Bretaña para recuperar la soberanía de las islas. Ahora es un mar lleno, con producción petrolera y la presencia de más de 400 barcos de 60 países dedicados a la captura.
China, en síntesis, es el eje de la producción ictícola mundial, y ha triplicado su producción a partir de 2001, y sobre todo opera en la región ictícola más importante del planeta que es el Atlántico Sur.(www.caraycecaonline.com.ar)