Economía Predicciones ecnonómicas

El complejo pronóstico que anticipan cuatro exministros

Cavallo, Machinea, Fernández y López Murphy compartieron un seminario organizado por la Fundación Libertad. Fuente: Archivo

Los exministros Domingo Cavallo, Roque Fernández, José Luis Machinea y Ricardo López Murpy coincidieron en que la falta de un «rumbo claro» de la economía es uno de los temas más preocupantes de cara al futuro.

Córdoba, 22 de julio 2020.-(caraycecaonline) Los exministros Domingo Cavallo, Roque Fernández, José Luis Machinea y Ricardo López Murpy coincidieron en que la falta de un «rumbo claro» de la economía que pretende instalar el Gobierno es uno de los temas más preocupantes de cara al futuro. La lista se completó con los intentos de avances sobre empresas privadas, el crecimiento del déficit fiscal, el sistema cambiario y la inflación, por el efecto que tendría la emisión monetaria. De cara a la pospandemia, anticipan tiempos «tormentosos», con una aceleración inflacionaria y sin chances de estabilización sin corregir antes los desequilibrios fiscales y monetarios.

Los cuatro participaron en un seminario organizado por la Fundación LibertadCavallo definió que hay un «grave desenfoque institucional» que las señales del Gobierno «acentúan; todo es al revés. Para la administración del Estado hace falta un plan, un presupuesto que no existe. Si lo tuviéramos veríamos cómo crecen peligrosamente las partidas para sostener tarifas y empresas reestatizadas. Se habla de más estatizaciones, cuando se debería ir al revés».

La frase del presidente Alberto Fernández de que no cree en planes económicos, fue cuestionada por todos«Hace falta un rumbo; hay discursos que se superponen», dijo Machinea quien, aunque cree que habrá arreglo por la deuda, entiende que las negociaciones se extendieron mucho y, en vez de seguir el esquema habitual de una discusión reservada con los acreedores «todo es público, hay un desgaste de las partes». Sintetizó diciendo que hay «una mentalidad estatizante, una vocación por meterse en todo».

La inflación, para Fernández, está subestimada: «La Argentina no puede emitir deuda y menos el Banco Central; sería preferible no esterilizar la emisión que emitir deuda y ese es un problema latente al que hay que prestarle mucha atención».

López Murphy se manifestó preocupado por la «pérdida de institucionalidad» y la «destrucción de los entes autónomos» integrado por cargos ganados por concurso. «Esta falta de reglas también se da en la discusión de la deuda con una presunción que es equivocada y que es creer que la Argentina tendrá un trato especial», añadió y enfatizó que «no hay visión de certidumbre, de reglas de juego claras. Hay anuncios extravagantes como la suba de impuestos y, al mismo tiempo, de un blanqueo. El cocktail es muy malo, muy negativo», dijo.

Machinea y Cavallo cuestionaron el manejo de las transferencias a las provincias. Admitieron como «razonables» en la actual coyuntura, pero cuestionaron que estén «sesgadas» y que se favorezca a los gobernadores más cercanos.

Ante la consulta sobre qué imaginan que hará el Gobierno en la pospandemia, Fernández insistió en que en un año electoral como 2021, es «muy difícil que se pueda pensar en algo necesario y coherente porque es políticamente incorrecto», y apuntó que en general esas medidas se deben tomar en el arranque de gestión. «Si no hay una crisis de gabinete importante y esto sigue como viene, lo que pasará es la clásica evolución de estos programas: más control de precios y más control de cambios«. Proyectó un año «conflictivo» por la lucha por la distribución del ingreso, pero advirtió que como se está «tan mal» habrá un repunte cuando lo peor de la pandemia pase.

Cavallo estimó que hay un «riesgo inflacionario» alto que no se podría parar hasta después de las elecciones, que podría significar un fenómeno como el Rodrigazo, un aumento de precios atrasados y ajuste del tipo de cambio «porque al Gobierno se le va de las manos el problema». Ratificó que no ve una hiperinflación porque se requeriría de un «vacío político» que no espera, aunque lo inquietan las diferencias internas públicas del oficialismo.

«Haber emitido tanto podría desembocar en una aceleración inflacionaria; el actual Presidente decía que bajaría la deuda en Leliq y vamos a un nivel récord -resumió López Murphy-. Tenemos un déficit primario de 7,5% del PBI, una carga de intereses de dos puntos del Producto y cuatro más en el Banco Central. Estamos como en el Rodrigazo o se toman decisiones políticas muy duras o el fenómeno toma vida propia. El riesgo de caer en una situación así está, salvo que se tomen medidas fiscales contundentes que van en sentido contrario a lo que se habla».

Machinea no ve una hiperinflación «por ahora» y comparó la coyuntura a la que se da en una guerra, cuando hay más gasto y más déficit. «El problema es cómo se corrigen esos desfasajes cuando termina el conflicto y punto es que no creemos que el Gobierno vaya a adoptar las medidas necesarias y eso tiene que ver con las contradicciones que tiene y las demandas internas que enfrenta». Sostuvo que el intento del Presidente por evitar o no agudizar el conflicto con la vicepresidenta es «como hacer jueguito con una pelota y finalmente las políticas no son creíbles».

Una reforma impositiva que elimine impuestos distorsivos y vaya en paralelo con una definición de un gasto sostenible, sugirió Fernández. Machinea -buscando una dosis «de menos pesimismo»- cree que hay algún avance en el sistema previsional y que el contexto internacional permitiría a la economía argentina recuperarse levemente. Y López Murphy, además de recortar impuestos, indicó que se deben revisar los subsidios a los sectores más altos de la sociedad que son «inconcebibles».

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