Una tierra de nadie
El crimen de Barrientos volvió a exponer la fragilidad y los riesgos que afrontan los colectiveros en su día a día.
Pero también fue un emergente del descontrol en el conurbano, donde desde hace años se viene degradando cada vez más la vida de la gente por la inseguridad y el temor a ser víctimas de robos y de violencia. Donde se enseñorean los motochorros capaces de matar por un celular, donde la gente suma rejas y alambres electrificados para resguardarse en sus casas de los asaltos, si lo logra.
El impacto en la política va más allá del rostro ensangrentado de Berni, acaso signo del fracaso de toda una política de seguridad, funcionario cuestionado pero sostenido a rajatabla por Cristina Kirchner y que hace poco cuando se produjo el ataque mafioso a la familia Messi-Rocuzzo se jactaba de que él era capaz de terminar con los problemas de inseguridad en Rosario en quince días.
El episodio pegó en medio del proceso electoral con incidencia en la interna de un oficialismo que no atina a dar respuesta a los dos problemas principales que identifica la gente: la inflación, y la inseguridad. Este lunes, el ministro de Seguridad de Nación, Aníbal Fernández, volvió a cruzarse con Berni por la inseguridad en el Conurbano y el eventual envío de gendarmes.
El hecho llevó también a que Alberto Fernández suspendiera un acto en Ituzaingó -se adujeron razones meteorológicas-. Enfrascado en su pelea con el cristicamporismo que le exige que se baje de la idea reeleccionista el Presidente buscó correrse de este asunto espinoso de la inseguridad y mantuvo reuniones por temas económicos con el ministro Sergio Massa.
En la oposición las reacciones fueron dispares respecto de la agresión que sufrió Berni. Hubo muchos repudios -Horacio Rodríguez Larreta encabezó esta línea- pero otros referentes se refirieron impiadosamente a Berni como un “payaso” y un “chanta”. En lo que hubo coincidencia fue en la dura crítica a la política de seguridad del Gobierno, y al “silencio” del gobernador Axel Kicillof
Buena parte de las líneas de colectivos que circulan por la zona oeste del conurbano lanzaron un paro desde temprano. Entre los compañeros del chofer asesinado se escucharon críticas no solo a funcionarios sino también a la Unión Tranviarios Automotor (UTA). El paro que afectó a varias líneas se levantó a medianoche, mientras el titular del gremio Roberto Fernández descartó un paro nacional, como se había mencionado en algún momento de la jornada.(ww.caraycecaonline.com.ar)
Guido Braslavsky para Clarin