Lanatta insistió ante el periodista en que declarará todo lo que dijo en Periodismo Para Todos, pero con más detalles respecto de nombres, vínculos y direcciones, ante el juez federal Ariel Lijo y el fiscal Gerardo Pollicita.
«El negocio del tráfico de efedrina se lo termina quedando en la totalidad Aníbal Fernández con la gente de inteligencia», afirmó en una entrevista con Jorge Lanata en la cárcel Martín Lanatta, quien está condenado por ser considerado partícipe necesario en la muerte de los empresarios farmacéuticos, Sebastián Forza, Leopoldo Bina y Damián Ferrón. Según su relato, fue él quien presentó a Forza, aportante a la campaña de Cristina, a Aníbal Fernández.
Lanatta contó que conoció a Aníbal a través de Andrés Meizner, el quilmeño que estuvo a cargo del RENAR hasta diciembre de 2011. Según narró, él era quien recaudaba para «el uno» (Aníbal) con los negocios paralelos del RENAR. Esto es, habilitaciones por vía paralela para portación de armas, polvorines y portación VIP para quienes tenían «problemas de papeles».
Fue en ese rol que llegó a conocer a Aníbal cuando Forza lo contactó para que le hiciera un puente con el entonces Ministro de Seguridad y Justicia porque estaba complicado con la Justicia. A cambio de 250 mil dólares, según contó Lanatta, Aníbal aceptó ocuparse de los asuntos de Forza y lo dejó en contacto con «un hombre de inteligencia, un ex SIDE» que trabajaba para Aníbal. Ahí comenzó, según el detenido, el contacto de Aníbal con el tráfico de efedrina.
Tanto Lanatta como Salerno aseguraron que «La Morsa», apodo con el que se refieren al vínculo en el Gobierno en las escuchas de la causa de la efedrina, es Aníbal Fernández. Salerno contó que fue Ibar Pérez Corradi, hoy prófugo de la justicia acusado de ser el instigador del triple crimen, quien le confirmó que «la Morsa» era Aníbal.
Salerno era socio de Ferrón en la farmacia que heredó de su padre y fue proveedor de efedrina de Pérez Corradi, quien le compraba el producto argumentando que lo usaba en su red de gimnasios. Cuando el empresario insistió en la necesidad de comparar más cantidades, Salerno dice que se negó y que más tarde comprobó que su socio, Ferrón, estaba en un negocio paralelo con Forza y Bina.
La comercialización de efedrina no era ilegal en argentina hasta 2008, pero debía autorizarse a través de la Sedronar y ser comercializada por droguerías. «¿Qué prueba tenés para apoyar lo que decís? ¿Por qué pensás que fue Aníbal quién dio la orden (de matar a Forza, Ferrón y Bina)?», preguntó Jorge Lanata al detenido. Martín Lanatta, contó: «El negocio del tráfico de efedrina se lo termina quedando Aníbal Fernández con la gente de inteligencia». Lanatta añadió: «Yo lo voy a presentar a la justicia, voy a aportar el nombre. Un muchacho de inteligencia, mano derecha del ministro (Aníbal Fernández era en ese momento ministro de Seguridad y Justicia), entregaba el producto acá y el que pagaba era otro tipo. Un tipo que, yo he pasado a buscar el dinero ahí. Llevé el dinero desde del departamento del mexicano hacia el domicilio de Aníbal Fernández».
“Autoritarismo”
El director por la oposición en el AFSCA Gerardo Milman afirmó que la denuncia de Aníbal Fernández contra la producción del programa de Jorge Lanata por supuesta extorsión, “es parte de la concepción autoritaria del kirchnerismo”.(www,caraycecaonlijne.com.ar)
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