Buenos Aires, 7 de setiembre.(caraycecaonline) Era la prueba que la querella y hasta la jueza Fabiana Palmaghini querían que se hiciera, pero la fiscal Viviana Fein demoraba: la reiteración de un disparo con la pistola Bersa calibre 22 que mató a Nisman el 18 de enero, dejó rastros de pólvora alrededor del caño. Como las manos del fsical no tenían vestigios de explosivo, ahora hay más dudas sobre las circunstancias en que murió.
Esa fue la conclusión a la que arribaron los técnicos del laboratorio de Salta en el que, ocho meses después de que lo pidiera la jueza Fabiana Palmaghini, se concretó la prueba de disparo y barrido electrónico del arma. Sin embargo, desde la fiscalía de Viviana Fein consideraron que el resultado “no es concluyente”.
La prueba de barrido electrónico, examen que se realiza para detectar la presencia de pólvora en manos y brazos, que se realizó en el cuerpo del fiscal había dado negativo. Fein había ordenado un primer análisis en el laboratorio de la Policía Federal en La Plata y un segundo estudio en el laboratorio de Salta. El resultado fue el mismo: No había rastros de pólvora en las manos del fiscal.
Desde que se conocieron estos resultados, la ex mujer de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, insistió en la necesidad de repetir la prueba de disparo para verificar si Nisman no tenía pólvora en sus manos porque no había disparado o porque la Bersa es un tipo de pistola que no deja residuos. La querella está convencida que Nisman no se suicidó sino que lo mataron, y justamente la ausencia de pólvora en sus manos sería la muestra de que no fue el fiscal quién disparó.
A primera vista parecería que ese dilema ya no existe, puesto que el informe de Salta indica que en la prueba de disparo que se realizó en su laboratorio con el arma de Nisman y con la misma partida de balas, se advirtió que deja restos de pólvora. Sin embargo, desde la Fiscalía 45, en la que se investiga cómo murió el fiscal de la causa AMIA, advirtieron a Clarín que del informe no se puede concluir que Nisman no disparó.
Según señalaron, los técnicos del laboratorio salteño –el más preparado del país– aclararon en su informe que “no se pueden reconstruir las condiciones del lugar y por lo cual no es concluyente”. Lo que indicaron los expertos es que si bien en las pruebas que se realizaron para el informe se advirtió que la pistola deja rastros de pólvora, no pueden recrearse las condiciones de ambiente en las que se produjo el disparo que mató a Nisman. Esa misma aclaración habían hecho los técnicos salteños el 10 de febrero, en el informe que presentaron por la segunda prueba de barrido electrónico y en el que concluyeron que “no se hallaron partículas características de residuos de disparo”.
Sin embargo, del informe surgiría que hubo un esfuerzo de los técnicos por reproducir esas condiciones y considerar, inclusive, diversas variables de análisis para descartar errores. La prueba se hizo con un maniquí al que le cubrieron la mano con piel de cerdo que emula la piel humana, luego le pusieron la pistola y la dispararon.
De esa piel de cerdo se tomaron tres muestras: una se analizó de inmediato, otra después de diez horas y la tercera tras de veinte horas de haberse realizado el disparo. En todos los casos se hallaron rastros de bario, plomo y antimonio, metales presentes en el residuo de un balazo.
Consultados por este diario, los abogados Juan Pablo Vigliero, Federico Casal y Manuel Romero Victorica, quienes representan a las hijas de Nisman, consideraron “irresponsable” sacar conclusiones sin haber leído el informe que se incorporó al expediente a última hora. El resultado de este estudio, sin embargo, generaba gran expectativa en los abogados de la querella en tanto preveían, por consultas con expertos, que sería el que se conoció ayer.
Aunque para la fiscalía no es concluyente, esta prueba eliminaría al menos una de las hipótesis posibles para explicar por qué no se encontró pólvora en las manos de Nisman. Ahora se sabe que el arma que le prestó el informático Diego Lagomarsino deja residuos, pero aún no se sabe si al fiscal no los tenía porque no disparó o porque la policía tomó mal los rastros
Según informó TN, las nuevas pruebas se hicieron en el Centro de Información de Fiscales en Salta, donde se reprodujeron las condiciones en las que supuestamente fue disparada la pistola que mató a Nisman. Con un maniquí al que se le curbió la mano con piel de cerdo (para simular la piel humana y comprobar si en ella se adherían rastros del disparo), le pusieron la pistola y la dispararon.De esa piel de cerdo se tomaron tres muestras: una se analizó de inmediato, otra después de diez horas y la tercera después de veinte horas del disparo. En todos los casos se hallaron rastros de bario plomo y antimonio, metales presentes en el residuo de un balazo. Es decir que, sin importar el tiempo transcurrido, la pistola de Lagomarsino despide rastros que deberían estar presentes en la mano que la dispara.Pero la autopsia de Nisman no encontró nada entre sus dedos, la palma o el antebrazo. Esto significa que el fiscal no disparó esa pistola, que si lo hizo después alguien limpió la mano y el arma o que en los estudios previos de la Policía Federal tomó mal la muestra y eso hizo que el barrido que se hizo en el laboratorio de la Policía Bonaerense en La Plata y el estudio anterior en Salta diera negativo.(www.caraycecaonline.com.ar)clarin.com