La presidenta no habló ayer en los actos por el día de la Independencia. Pero en su página de Facebook aseguró que algunas medidas que deberá tomar son difíciles de digerir.
Buenos Aires, 8 de setiembre.(caraycecaonline9 Desconfiada de las reacciones populares, más de las propias huestes que de la oposición, ayer Dilma Rousseff eligió el silencio en el acto de Brasilia que conmemoró la independencia de su país. En cuanto los movimientos sociales clamaban “Fuera Joaquim Levy” (por el ministro de Hacienda) en las manifestaciones que cercaron el desfile militar, la presidenta eligió Facebook para defender la política de ajuste moldeada por el funcionario. Los manifestantes opositores que proclaman la destitución de la jefa de Estado ayer fueron más escenográficos que multitudinarios. Prefirieron llevar a la capital brasileña dos muñecos gigantescos.
Uno de ellos era una caricatura de Dilma con la nariz larga; el otro representaba a Lula da Silva vestido de presidiario. Lo cierto es que el mensaje de Rousseff vía internet colocó en una difícil situación a los movimientos que defienden su permanencia. Para la gobernante, uno de los orígenes de la crisis que atraviesa Brasil estuvo en las extendidas políticas sociales de su antecesor y de su primer mandato. “Las dificultades y los desafíos resultaron de un largo período en que el gobierno entendió que debía gastar lo que fuese preciso para garantizar el empleo y la renta del trabajador, la continuidad de las inversiones y programas sociales”. Ahora, postuló, es momento de revisar esa estrategia: “Tenemos que revaluar esas medidas y reducir las que deben ser reducidas”.
Dilma se apresuró a aclarar que las alternativas propuestas son difíciles de digerir. “Algunos remedios para la situación son amargos” sentenció, “pero son indispensables”. Para la jefa de Estado, lo que prima en este momento son “las medidas necesarias para poner la casa en orden, disminuir la inflación y fortalecernos frente al mundo, para conducir a Brasil hacia la recuperación del crecimiento”. Llamó a los ciudadanos a “ponernos por encima de las diferencias menores, colocando en segundo plano los intereses partidarios”.
El desfile, con una presencia militar importante, fue acompañado por 25.000 brasileños según la policía militar del distrito federal. Lejos del palco, estaban los trabajadores, estudiantes y miembros de la clases medias, que habían elegido celebrar la fecha con las protestas, marcadas por la diversidad de organizaciones y de posicionamientos. Allí se vio a los protagonistas del Grito dos Excluidos, que no por casualidad se celebra en la misma fecha de la independencia. “Nosotros reivindicamos la necesidad de promover reformas estructurales como la agraria, la urbana y una amplia reforma del sistema político para aumentar la participación popular” declaró uno de los coordinadores del MST, el movimiento de los sin tierra que promueve el Grito.
También desfilaron por la avenida Paulista en número considerable; allí, grupos del PT llevaban pancartas de apoyo a Dilma y al ex presidente Lula da Silva. En la visión de estos militantes “primero hay que tener gobernabilidad, aun cuando haya divergencia en algunos puntos”. Así lo señaló un dirigente de la Central de Movimientos Populares. En la capital paulista, las conmemoraciones oficiales se hicieron en el Sambódromo, y fueron presididas por el gobernador Geraldo Alckmin, uno de los líderes de la oposición socialdemócrata. En las tribunas carnavalescas se juntaron los opositores al grito de “Nuestra bandera jamás será roja” y de “Intervención (militar) ya”. Por allí anduvieron los masones, un grupo fuerte en la comunidad brasileña, con una faja que decía: “Basta de tiranos que asaltan nuestro país”.
Cerrado el capítulo de celebraciones del 7 de septiembre sin mayores contratiempos para el gobierno federal, hoy pasarán a tener relevancia dos temas que prometen traer nuevas convulsiones en el mundo político. Hay dos ministros clave, el de Comunicación Social Edinho Silva y el jefe de gabinete Aloizio Mercadante, sobre los que pesan las sospechas de uso de recursos exclusos en las campañas. El procurador general Rodrigo Janot autorizó la apertura de una investigación sobre ambos, que también alcanza a un líder del opositor PSDB, el senador Aloisio Nunes Ferreira quien fue candidato a vicepresidente con Aécio Neves. (www.caraycecaonline.com.ar)