El organismo trabajó en un índice integral, pero Economía lo frenó por los malos resultados
Buenos Aires, 30 de setiembre.(caraycecaonline9 La decisión oficial de no difundir el índice de pobreza no tiene fundamentos técnicos ni sociológicos, como argumenta el Gobierno. Allí sólo pesa la determinación política de Cristina Kirchner. Pese a las justificaciones por «problemas de empalme», multiplicidad de metodologías o estigmatizaciones sociales, el Indec trabajó sigilosamente en un indicador alternativo para calcular la pobreza, pero, al mostrar resultados negativos, Economía decidió ocultarlo.
Para 2012, único cálculo cerrado para ese índice alternativo, 39% de los hogares (4.564.456 millones) tenía al menos una condición de pobreza. Pero «el corte sugerido» por los técnicos que hicieron el trabajo para definir la pobreza fue, no obstante, de tres condiciones como mínimo. Con ese criterio, los hogares pobres eran un 25,8% (3.019.563 millones). Gracias a esos resultados, la medición oficial no se extendió en el tiempo y fue archivada por el Gobierno.
La Universidad Católica Argentina (UCA) estimó que en 2014 el 40,2% de los hogares urbanos (4,5 millones) era pobre o vulnerable en ingresos o derechos sociales, según el primer resultado de su índice multidimensional. Tras un 2013 y 2014 de estancamiento y alta inflación, el dato aparece en línea con lo que venía midiendo alternativamente el Indec y terminó cajoneando. En 2012, y con la metodología vieja por ingresos -que suele minimizar algunas caras de la exclusión social-, el organismo estadístico había informado que los hogares pobres eran sólo el 4% (o sea, 449.090).
De acuerdo con las fuentes consultadas, el proyecto de medición de pobreza multidimensional fue acercado el año pasado a funcionarios de segunda línea del Ministerio de Economía, que conduce Axel Kicillof. Nunca hubo una respuesta. «Se asustaron con los resultados. Los números no son afines», confió un técnico que trabajó en el programa. En el Palacio de Hacienda confirmaron a LA NACION que hay un «grupo grande» trabajando el tema, pero desde antes que asumiera Kicillof. «Con el cambio de base se necesitó un trabajo de adaptación [de las metodologías] mucho más profundo, que aún no se terminó. Incluso se está trabajando con organismos internacionales. No hay ninguna orden para parar ni esconder nada», negaron cerca del funcionario.
«Problemas de empalme», justificó el ex jefe de Gabinete y actual intendente electo de Resistencia, Jorge Capitanich, cuando dejó de difundirse el dato de pobreza por ingresos, el único público entonces. El último índice elaborado por el Indec fue para el primer semestre de 2013 y estimó que en la Argentina había 3,7% de hogares y 4,7% de personas pobres. Kicillof no dio una explicación técnica sino sociológica: publicar el número era «estigmatizar» a los pobres. El más novedoso fue Norberto Itzcovich, director del Indec. El economista afirmó que existen «6000 formas distintas» de calcular la pobreza. Ese argumento lo habilitó a no publicar ninguna.
A pesar de esa justificación, el director del instituto fue, junto con su antecesora, Ana María Edwin, quien encargó el trabajo en 2011 de crear un índice de pobreza multidimensional. De eso se ocupó un equipo llamado Innovación Metodológica, conformado por cinco técnicos (uno de La Cámpora, otro del Movimiento Evita y otros históricos del Indec). El grupo era conducido, según rememora el «Documento de Trabajo Nro. 2 de octubre de 2012: Medición de las privaciones habitacionales según el enfoque multidimensional de la pobreza», por Ana Nora Feldman, directora nacional de Planificación y Coordinación Estadística. Una de las colaboradoras fue Graciela Belloti, nuera de Edwin. En ese entonces, muchos creyeron que el trabajo no avanzaría nunca e incluso dijeron que se trataba de puro marketing o maquillaje de la cúpula del Indec para mostrar avances en los índices.
Parte de eso existió. Por ejemplo, el Instituto de Estadística de Italia (Istat) publica aún en su portal una visita en octubre de 2011 de las autoridades del organismo para discutir la nueva forma de calcular la pobreza. En octubre de 2013, la agencia oficial Télam informó de un «nuevo acuerdo» entre el Indec e Istat. El intercambio incluía «el estudio de los aspectos metodológicos relativos a los nuevos abordajes para el cálculo de la pobreza». Edwin e Itzcovich fueron en ese viaje a buscar el aval de Enrico Giobanini, entonces director del Istat para el trabajo. «Cuando viajaron a Italia, Feldman pedía que a los PowerPoint, por las dudas, no se le pusieran números», relató un técnico que estuvo muy cerca del proyecto del nuevo índice.
Pero, a pesar de las dudas existentes, el trabajo avanzó gracias a algunos de los especialistas del grupo de innovación. Según uno de ellos, el índice multidimensional podía describir las condiciones de vida de los argentinos de acuerdo con la cantidad de privaciones. Pero además ofrecía la desigualdad entre los pobres, el peso de cada uno de los indicadores y podía estratificar la pobreza según los tipos de los hogares. «Si alguien quería sacar de la pobreza a un hogar, le podíamos decir dónde estaban esos hogares, cuáles eran sus características y qué necesitaban», dijo.
Se hicieron dos tipos de ejercicios: uno con hogares con privaciones de una batería de 17 indicadores (material predominante de los pisos de la vivienda, del techo y presencia del cielo raso, tenencia y uso de baño, hacinamiento, acceso a agua segura de red pública, a desagües cloacales y gas de red, asistencia escolar, rezago escolar, logro educativo, analfabetismo, informalidad, subocupación horaria, desocupación, desocupación de larga duración, cobertura de salud y percepción de jubilación o pensión). El segundo cálculo tenía ocho privaciones.
«El índice multidimensional trabaja con varias líneas, no sólo ingresos, por lo que es obvio que en la Argentina aparecen hogares con privaciones por todos lados, por carencias de servicios, informalidad laboral, baja educación, entre otras cosas», explicaron expertos. «El equipo de trabajo no existe más. En concreto, desde el año pasado dejó de producir luego de que se pasaron los resultados al equipo del ministro de Economía. Esos resultados duermen en un cajón», agregó la fuente. La última reunión de Innovación Metodológica fue en mayo de 2015. Yo no había luz verde política.
Cerca de la cúpula del Indec lo admiten. A pesar de que creen que la argumentación técnica para dejar de lado un cálculo sólo por ingresos existe realmente, reconocen que por el timing elegido la decisión de no informar ya ningún tipo de indicador de pobreza desde 2013 tiene que ver con la voluntad política. No lo dicen. Pero todos apuntan a la Presidencia de la Nación.
Del editor: qué significa. La existencia de este indicador refuta las argumentaciones del Gobierno acerca de la imposibilidad técnica de difundir datos de pobreza.(www.caraycecaonline.com.ar)