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Que se juega en la economía de nuestro país

Dice un consultor que le dijo el ejecutivo de una multinacional: “De seis puntos para arriba, ese espacio empieza a ensancharse y revelaría un voto claro por el cambio”. “O por lo nuevo”, agrega el consultor. (por Alcadio Oña)

Buenos Aires, 22 de noviembre.(caraycecaonline)La pregunta es breve, un poco enigmática pero no muy enigmática, y tendrá respuesta esta misma noche: ¿cuántos puntos le sacará el vencedor de la elección al perdedor? Aunque quizá ya podría ser reemplazada por otra: ¿por cuánto ganará Mauricio Macri?

Importa saberlo, porque atado a la diferencia va el margen de maniobra político que tendrá el nuevo presidente para llevar a cabo sus ideas, rápidamente, no bien haga pie en la Casa Rosada. El margen de maniobra importa mucho pensando, al menos, en el costo de algunas decisiones económicas. Dice un consultor que le dijo el ejecutivo de una multinacional: “De seis puntos para arriba, ese espacio empieza a ensancharse y revelaría un voto claro por el cambio”. “O por lo nuevo”, agrega el consultor.

Hay una información no menos importante que no aguardará a las primeras medidas, si Macri resulta efectivamente el triunfador: solo espera el fallo de las urnas para comenzar a develar quiénes integrarán su equipo económico, cosa que fuera de él muy pocos conocen.

Sin embargo, bastante pareció adelantar el jueves pasado cuando comentó que su ministro de Economía va a tener “un perfil desarrollista”. Suficiente: de inmediato muchos entendieron que ese traje le calzaba perfecto al actual presidente del Banco Ciudad, Rogelio Frigerio, nieto del fundador, junto a Arturo Frondizi, del Movimiento de Integración y Desarrollo.

Si eso se confirma suena muy probable que Alfonso Prat Gay vea coronada su aspiración de convertirse en canciller, pese a que el ex jefe del Banco Central participó activamente en el diseño del programa económico. Es lo que alguna vez Prat Gay le pidió a Macri, sin respuesta hasta ahora.

De todas esas cosas, de cómo serán llenados los casilleros y seguro de los tiempos de las medidas económicas habló Macri el viernes y ayer con su equipo íntimo. Hoy habrá día libre para votar y pasarla con la familia y si hay fiesta, para celebrar.

Un punto ya resuelto fue anticipado por Marcelo Bonelli en Clarín: la división del área económica en ministerios de Economía y Finanzas; de Producción y Comercio Exterior y de Energía y Transporte. Detrás de la decisión asoma nítido el objetivo de que no haya un superministro, del tipo Domingo Cavallo o Axel Kicillof mencionados acá sin ánimo de compararlos.

El jueves también hubo un comentario de Macri que generó cierta confusión. Aclara alguien muy cercano al candidato: “Salvo que nos encontremos con un martes trece, apenas asumamos levantamos el cepo cambiario y pondremos en marcha un mercado con un dólar único y libre”.

¿Qué sería un martes trece?, le preguntó Clarín.

Respuesta: “Sería una deuda flotante de pago inminente que nosotros ignoramos y nos dejaron debajo de la alfombra. No estoy hablando del desastre con las importaciones, porque es imposible resolver semejante problema en un día”.

Una posibilidad y solo una posibilidad, además manejada fuera del círculo próximo a Macri, dice que las operaciones liberadas al público serían aquellas que se hacen en casas de cambio.

De todas maneras el nuevo mercado único no quedará sujeto al libre juego de la oferta: habría intervención del Banco Central para regular el precio y evitar cualquier disparada. Los economistas de Macri apuntan a un valor preciso: lo tienen en la cabeza y lo mantendrán en secreto, aunque se sabe que ni son los 10 pesos que promete Daniel Scioli ni los 14 o 15 que el dólar cotiza en los circuitos paralelos.

Más aún, apuestan a un blue por debajo del actual y a dejar pedaleando en el aire la devaluación del 50% pronosticada por el kirchnerismo. Dicen: “Vamos a demostrar que fue una mentira de campaña y a usar el argumento de ellos contra ellos”.

Claro que se trata de una apuesta fuerte, porque a ella va encadenado el impacto sobre los precios y de seguido sobre los salarios. Según los macristas, el efecto ya fue calculado y no será importante: es una buena hipótesis, solo que deberá ser probada en los hechos.

Existe otro implícito grande en la liberación del mercado cambiario: contar con un paquete financiero considerable que evite fluctuaciones también considerables. Macri ya habría acordado un aporte de banqueros locales y otro de exportadoras de cereales, tal cual cuentan que hizo respecto de los precios con empresas fuertes.

Todo parecido a decir: si yo les garantizo reglas de juego claras y un sendero de negocios previsible y les libero importaciones esenciales para sostener el ciclo productivo, apóyenme.

Gane Macri o gane Scioli, deberán enfrentar y resolver un verdadero zafarrancho económico. Salta en variables clave y sensibles que a fuerza de ser desajustadas quedaron desajustadas por completo.

Impresiona ver algunos contrastes, partiendo desde enero de 2007. Como que el aumento del gasto público duplica al de la recaudación impositiva y la inflación triplica a la suba del dólar oficial. El blue anda flojo en la comparación, pero solo porque rebotó después del cepo de fines de 2010.

Impresiona más todavía la magnitud de ciertos números, como el 1.170% acumulado por los gastos del Estado hasta julio de este año, el 733% de los alimentos hasta septiembre y el 653% de la emisión (ver infografía). Pero hay uno que les pasa el trapo a todos: los subsidios a la energía escalaron 1.700%. Y otro, pariente directo de éste, que pierde contra todos: el insignificante costo de la electricidad en la Capital y el Conurbano bonaerense.

Basta cruzarlos para entender de qué se habla cuando se habla del retraso del dólar oficial y el de las tarifas de la luz. De un déficit fiscal que en 2015 será el mayor desde 1982, financiado con emisión monetaria que, a la corta o a la larga, tiene efectos inflacionarios. Y por qué caen sin pausa las exportaciones, justo cuando la escasez de divisas las ha convertido en un insumo crítico.

Dice Dante Sica, ex secretario de Industria y actual titular de la consultora Abeceb.com: “El problema es que no se trata de desequilibrios temporales o de los coletazos de un temblor internacional como el de Lehman Brthers, en 2008-2009. El problema es que se trata de una suma de desajustes, enmarañados y plagados de arbitrariedades, que fue amasándose durante unos cuantos años”.

Podría agregarse que en varios aspectos ese proceso ha tomado formas estructurales, empezando por un cuadro energético que significa un cuello de botella para la expansión de la economía.

En cualquier caso falta añadir una obviedad que no solo es una obviedad: que si existen apremios serios y no fueron creados ni por Macri ni por Scioli, algún otro o algunos otros los provocaron. Nunca pudieron haber nacido de un repollo.

No por casualidad las reservas tocan fondo ni los candidatos, cada cual a su manera, proyectan estrategias para recomponer cuanto antes el stock del Banco Central. O miran de frente a los subsidios energéticos. O planean que en el futuro el gasto público debe crecer menos que la recaudación impositiva. Y piensan que el eje pasa por las inversiones privadas.

¿Y de dónde habrán nacido las sospechosas, cuantiosas operaciones con dólar futuro que perjudican al BCRA, investiga el juez Claudio Bonadio y pueden dejar pegados de la peor forma a Axel Kicillof y a Alejandro Vanoli? Seguro que tampoco nacieron de un repollo.(www.caraycecaonline.com.ar)

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