La culminación de las negociaciones para regularizar la deuda externa y poner fin así a la cesación de pagos promulgada en 2001, ha sido el corolario de una clara definición del gobierno de Mauricio Macri, en cumplimiento de lo anunciado durante la campaña presidencial. (por Jorge Avila)
Buenos Aires, 12 de marzo.(caraycecaonline) Hay ciertos instantes en que la atmósfera parece detenerse, como preparándose para una tormenta o un sosiego. Asi puede analizarse esta semana intensa, que precede a los primeros pasos del nuevo gobierno en la política de recuperación institucional y económica que permitan superar los desaguisados kirchneristas.
La culminación de las negociaciones para regularizar la deuda externa y poner fin así a la cesación de pagos promulgada en 2001, ha sido el corolario de una clara definición del gobierno de Mauricio Macri, en cumplimiento de lo anunciado durante la campaña presidencial. Se trata de cerrar un capitulo aciago del país, que fue presentado como una gesta de soberanía nacional por los oportunistas que negociaban a espaldas de la Nación, beneficios personales y sectoriales, que ahora comienzan a ser develados en el debate parlamentario, anticipando la derogación de leyes amañadas para continuar con las exacciones al erario público para beneficio de unos pocos. El ex ministro Axel Kicillof hizo un triste papel ante los miembros del gabinete económico que presentaron la propuesta de acuerdo con los bonistas que no habían aceptados los canjes propuestos por Néstor Kirchner y Roberto Lavagna en 2005 y 2010. Desnudó su falta de solidez técnica y estrategia política en las negociaciones encaradas tras los fallos judiciales en los tribunales neoyorquinos y mostró la resiliencia de los negociados con estudios de abogados e intermediarios que medraron en la prolongación del conflicto, y el gravoso saldo del mismo.
Nuestro país debe afrontar ahora la emisión de deuda a tasas elevadas, que podría haberse evitado sin esa confrontación interesada, presentada tras el mentiroso argumento de la defensa de intereses soberanos. La reinserción financiera de la Argentina en un mundo que atraviesa una crisis global, deberá ser conducida con cuidado para evitar nuevas encrucijadas. En tal sentido, resulta auspicioso el camino elegido para superar esta primera instancia, con negociadores capacitados que modificaron en poco tiempo la situación, asesorados por abogados especializados, sin otro interés que la solución del conflicto.
La Argentina tiene necesidad de crédito, pero también ofrece ahora un panorama sustentado en variables productivas que permiten fijar condiciones ventajosas para acceder a dichos instrumentos. Superada la primera etapa de la transición, tanto el sector agropecuario como el industrial, pueden desarrollar todo su potencial y aportar un cambio en la dinámica económica. A ello debe sumarse el acuerdo clave con los gobernadores para establecer un sistema de coparticipación que permitirá revertir la crisis de las economías regionales.
No son pocas las acechanzas que se ciernen sobre el gobierno y una de ellas es la creciente violencia política, algo recurrente cuando se tocan intereses corporativos, y comienza a actuar la Justicia. Tras el anuncio de la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, sobre la publicidad de las declaraciones juradas de los funcionarios de gobierno, policía y servicio penitenciario, se sucedieron una serie de asaltos a intendentes. También se registraron incidentes vinculados a los actos donde concurrió el presidente Macri durante la última semana. La renuncia del jefe de la Policía Federal no es un tema menor, y debe ser parte de una revisión sobre las políticas integrales de seguridad, ya que también se registraron ataques a locales políticos y acciones intimidatorias sobre dirigentes de diversa extracción.
Mientras tanto, el cabaret parlamentario kirchnerista mostró nuevos números, con la actuación de sus principales figuras, José Ottavis y Máximo Kirchner, cada vez más alejados del peronismo que se apresta a una renovación de su cúpula. También los sindicalistas avanzan en una factible unificación, que permitirá establecer pautas claras en el manejo de conflictos, avanzar en la recuperación salarial pendiente, y superar los cuestionamientos sobre el impuesto a las Ganancias.
Antes de la lluvia, sera preciso atravesar estos áridos meses, pero los principales lineamientos están intactos en la visión de quienes asumieron responsabilidades en diciembre, y de las mayorías que los ungieron. Recuperar la economía en beneficio de los más vulnerables, derrotar la corrupción y el delito inflitrado en las instituciones y lograr la unión nacional. Ciertamente, la paciencia del pueblo es limitada, pero todavía suficiente para aguardar con esperanza los nuevos tiempos.(www.caraycecaonline.com.ar)