Los 8 mil millones de pesos de las ganancias, sobreprecios o supuestos sobornos provenientes de los contratos de obra pública juntados por los ex presidentes Néstor y Cristina Kirchner entre el 2003 y el 2015, eran convertidos a dólares o euros por Erenesto Clarens, dueño de la financiera Invernes.
Buenos Aires, 22 de abril.(caraycecaonline) La confesión de Leonardo Fariña revela que desde la muerte de Néstor Kirchner hasta mediados del 2011, Lázaro Báez usó a la financiera Provalor y a otras ochos más y a los bancos suizos Lombard Odier, UBS y Credit Suisse y al español Sabadell para fugar la plata.
Según el ex valijero, la plata que él manejó no llegaba en aviones sino en camionetas custodiadas desde Río Gallegos y la entregaban en la sede de Austral en Pasaje Carabelas 241, en La Rosadita o en un departamento de Báez en Belgrano. A diferencia del ex dueño de La Rosadita, Federico Elaskar, dijo que él no usó aviones para sacar plata. Previamente, los 8 mil millones de pesos de las ganancias, sobreprecios o supuestos sobornos provenientes de los contratos de obra pública que los ex presidentes Néstor y Cristina Kirchner entre el 2003 y el 2015 eran convertidos a dólares o euros por el dueño de la financiera Invernes, Ernesto Clarens.
Una vez concentrada la plata en Buenos Aires, la transportaban en camionetas custodiadas -en las cuales siempre iba Martín Báez- a las financieras o agentes de bolsa: Provalor, Alhec Tour, Maguitur, Turimar, Cohen, Pasamar, Forex Cambio, Santiago Punturo o Santiago Carradori. Desde allí, a través de distintas maniobras, la plata se depositaba en los bancos suizos o el español nombrados, entre otros (Ver infografía). Incluso, nombró a “un grupo de chinos”, que no identificó, como partícipes de las maniobras.
Los dichos de Fariña están ahora tratando de ser comprobados por el juez federal Sebastián Casanello con distintos allanamientos a las financieras y otras medidas de prueba.
Como dando cátedra, Fariña explicó que parte de la plata las financieras de la City la sacaban con los métodos “back to back”, “leverage by out”, “el de la cuenta puente”, alguna transferencia a un testaferro o de cooperativas fantasma. El primero consiste en que la financiera tenía un cliente en Suiza que, por ejemplo, necesitaba un millón de dólares en Buenos Aires. Entonces, le pasaban el efectivo aquí y en Suiza le acreditaban la plata a una cuenta de Báez. Dijo que el “leverage by out” implicaba redactar un contrato mediante el cual una persona física o jurídica compraba La Rosadita simulando que lo hacía con las ganancias futuras que iba a generar la empresa.
El tercero consistía en que el Lombard Odier recibía pequeñas transferencias de plata durante 180 días por una “cuenta puente” que manda cables y luego deja de existir. Después la plata quedaba en una tercer cuenta que la maneja una empresa off shore en Suiza con títulos al portador para no identificar al dueño. Un cuarto método era usar cooperativas fantasma y un último era transferir directamente “la plata a una cuenta del ex funcionario K Santiago Carradori en el Banco Sabadell de España”.
A fines de diciembre del 2010, dos custodios de Báez “le entregaron 3.550.000 dólares” a Elaskar quien no los envió a las cuentas de Báez sino que se los quedó, siempre según Fariña. Semanas más tarde, “Elaskar le compró un campo de papas a Anastasia Blaquier en 1,5 millones de dólares”. Fariña y Elaskar mantienen un viejo intercambio de acusaciones sobre quién fue el que se quedó con plata negra de Báez, motivo del escándalo. Precisó que Elaskar tiene, dijo, una cuenta secreta en el banco Merrill Lynch de EE.UU. y otra en la financiera “Pershing”.
En un momento, tanta era la plata que había que blanquear que Carradori “fue a comprar un holding a España llamado Samber & Tarex que es una sociedad con cuentas bancarias preexistentes en las que solo tenés que cambiar a los directores”. “Me consta que a través de Provalor se enviaron 11 millones de dólares a esa cuenta en España”, afirmó. En otra oportunidad, un representante del Lombard Odier, que paraba en el hotel Alvear y vestía trajes importados, le entregó a Martín Báez “una carpeta con las acciones al portador de Teegan (una empresa off shore creada en Belice) y un Token” para mover la plata. Un nuevo personaje en este escándalo es Santiago Punturo, quien manejaba una financiera cerca de la casa de Santa Cruz. Se le dio plata y no hizo la transferencia. “Después nos enteramos que hizo una compra de granos y era socio de Rudy Ulloa”, finalizó.(www.caraycecaonline.com.ar)