Hay que avisarle a los «comandantes» de estas patrullas perdidas, para evitar la constante convocatoria a la violencia, porque ella es la que domina estos tiempos en variada forma. Y la sociedad, lo único que pide es justamente lo contrario: paz.( por Jorge Avila)
Buenos Aires, 3 de setiembre.(caraycecaonline) Mientras los cultores del gremialismo progre escarban en las miasmas de las organizaciones paraestatales creadas durante el kirchnerismo con generosos subsidios (tupac amaru, barrios de pie, corriente clasista, etcétera), el mundo marcha en otra dirección. Hay que avisarle a los «comandantes» de estas patrullas perdidas, para evitar la constante convocatoria a la violencia, porque ella es la que domina estos tiempos en variada forma. Y la sociedad, lo único que pide es justamente lo contrario: paz.
Culmina una semana, que refleja niveles de confrontación inusuales en el marco de la convivencia democrática. Desde el hostigamiento a las autoridades, especialmente en la provincia de Buenos Aires, con amenazas reiteradas, acciones directas y agresiones (verbales y físicas), hasta la convocatoria de la «marcha federal», un remedo de protestas que durante el menemismo tuvieron otro contenido, todo marca un clima de violencia que reactiva los peores recuerdos de confrontaciones superadas. Ni los referentes de la CTA, tan condescendientes con los diferentes gobiernos durante doce años, ni sus eternos amanuenses de Partido Obrero, y la retahila de sectas troscas, han advertido los cambios sociales. Hoy, estas acciones articuladas en función de intereses políticos específicos, motivan el mayor repudio de la sociedad, que a fuerza de dolor y miedo ha establecido como base «sine qua non» para el verdadero progreso, la paz. El respeto por los otros, la convivencia fraterna, el valor de la vida y el desarrollo social, no son posibles sin superar las confrontaciones y en tiempos de crisis, la gravedad de estos hechos deben superar las meras tácticas políticas. No lo justifican los reclamos salariales de docentes, estatales ni judiciales. Tampoco la reestructuración de planes sociales que parecen una estafa para la comunidad. Los conflictos de Jujuy, Corrientes y Chubut, quedan sumidos en prácticas cuasi mafiosas, agrandados por el prisma de la distancia.
Poco se dice de las provincias donde aún se busca preservar las prebendas y afrontan coyunturas cuanto menos, inciertas. Por ejemplo la lejana Tierra del Fuego, que desde diciembre es escenario de los ajustes de cuenta internos del kirchnerismo. La gobernadora Rosana Bertone, sigue en la cuerda floja mientras recién el mes pasado logró instalar a su gabinete en Ushuaia. Mientras tanto, la municipalidad de la capital mas austral del país, a cargo del camporista Walter Vuoto, no tiene empacho en acordar con el jefe de gabinete provincial, Leonardo Gorbacz, para ejecutar las purgas internas que implican una sangría de recursos humanos y económicos que se derriten como la nieve. Claro, no son nombres que se proyecten al escenario nacional como el de Gerardo Morales, Mario Das Neves o Ricardo Colombi. Además, allá ATE y la CTA son rehenes del dinero estatal que a cuentagotas, los funcionarios distribuyen, junto a la nómina de medios de prensa cautivos. Miserias de estos tiempos, con proyecciones regionales. Las luchas callejeras de Brasíl, entre la corrupción y el oportunismo. El foco guerrillero paraguayo, al amparo narco desplazado por el acuerdo en Colombia. Las huelgas y protestas en Uruguay y Chile, de las que poco se habla. El asesinato de un alto funcionario en Bolivia, la «toma de Caracas», la lucha contra la reelección eterna de Correa en Ecuador. Desde el sur profundo hasta el Caribe, los pueblos de América están diciendo basta. A la mentira, a los intereses facciosos, a la desigualdad y a la injusticia.(www.caraycecaonline.com.ar)