Editoriales Panorama político

Res non verba

Macri con casco de trabajo

«Hechos, no palabras», como exigen los pueblos dispuestos a luchar, es la premisa de la hora. Y recordar el honor de aquella insignia, sin confundirla como un carnicero que frecuentaba un antiguo amigo, quien habia denominado a su negocio «Res non verba», convencido que significaba «las vacas no hablan».(por Jorge Avila)

 

Buenos Aires, 8 de octubre.(caraycecaonline) El término  latín «res» designaba genéricamente a las cosas. En en antiguo imperio, la «res-pública» implicaba los asuntos concernientes a todos los ciudadanos y de allí proviene el concepto de República, que adoptamos para nuestra organización del Estado. Luego de 200 años de vida independiente, pero las interpretaciones al respecto  en este tiempo han sido variadas y en algunos casos, exóticas. Las casi periódicas interrupciones del orden constitucional, son  un síntoma de las dificultades para reconocer la estructura institucional como eje de la vida del país. Incluso las etapas democráticas, la de mayor contininuidad iniciada en 1983, no han estado exentas de proyectos hegemónicos casi dinásticos, como el reciente experimento kirchnerista , con algunos delirios místicos que chocaron abruptamente con la realidad.

Por eso,   para analizar la coyuntura, conviene evitar la verborrágica retórica que aleja la capacidad de análisis de las cosas que pasan en nuestra política. Luego de meses de trasegar en el desierto, han comenzado a ordenarse algunos parámetros centrales de la economía. La inflación comienza a ceder, se advierte una tenue recuperación del consumo, y el humor social ha comenzado a virar hacia cierto desahogo. ¿Por qué entonces, se acrecientan las amenazas de desastres diversos, por parte de empresarios y economistas, paranoicos con el gasto público y el déficit fiscal, y sindicalistas que claman por paros, huelgas y la toma de la Bastilla, mientras negocian «sotto voce» para pasar el verano en paz ?. Quizá una conjunción de factores vinculados a debilitar la recuperación del funcionamiento normal de las instituciones, se ha conjugado para impedir retomar un camino de crecimiento que las condiciones brindan a nuestro país como segunda oportunidad. La Argentina se encuentra en las mejores condiciones para volver a los mercados, no sólo financieros como parecen fogonear los funcionarios económicos keynesianos nacionales, sino a la demanda de materias primas con valor agregado, servicios y producción industrial. Claro que es necesario un esfuerzo competitivo, una revisión de la normativa laboral y una reforma impositiva de la que varios pretenden escapar. Ya ha ocurrido con la resolución de la deuda externa y la restructuración del esquema tarifario. Ahora es el comienzo de la revisión de la estructura productiva y el mercado de trabajo, propendiendo al desarrollo sustentable y la generación de empleo genuino. Solo así será posible recuperar el ciclo de crecimiento que el país necesita para alcanzar nuevas metas que le permitan superar las frustraciones del pasado. El tiempo es este, y no es mucho. Depende de los legisladores en un renovado desafío parlamentario, de la Justicia que deben recuperar el decoro de la equidad normativa, el gobierno que necesita voluntad e imaginación política, pero sobre todo de la sociedad, ávida de una dignidad que parece extraviada en una barrosa decadencia abismal.

«Hechos, no palabras», como exigen los pueblos dispuestos a luchar, es la premisa de la hora. Y recordar el honor de aquella insignia, sin confundirla como un carnicero que frecuentaba un antiguo amigo, quien habia denominado a su negocio «Res non verba», convencido que significaba «las vacas no hablan».(www.caraycecaonline.com.ar)

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