Carrió aseguró que Gustavo Vera, titular de la Fundación Alameda y amigo del Papa Francisco, tenía nexos con ex-agentes de la SIDE residual kirchnerista.
Buenos Aires, 23 de octubre.(caraycecaonline) Gustavo Vera es uno de esos personajes inefables que irrumpen cada tanto en los medios de comunicación y reciben mucha atención de parte de periodistas. En parte por la espectacularidad de sus denuncias pero también por las relaciones y poderes ocultos que los colocan ahí, en el escenario mediático.
De fundir una pizzería y dedicarse a la actividad textil a diputado porteño; de denunciador serial a gestionar ante el Papa Francisco entrevistas con jueces federales. Después sumó la organización de la visita a Roma que en junio hicieron Ricardo Lorenzetti y los jueces como María Servini de Cubría y Sebastián Casanello.
Un ingenuo podría creer que se trata de un fenómeno aleatorio pero a poco de recorrer su historia, observar los vínculos de quienes lo promocionan y las características de sus denuncias no es difícil trazar el camino que lo lleva, en este caso a un sector de la exSide kirchnerista.
Lo que comenzó como la irrupción mediática de un impresentable pero simpático personaje que denunciaba supuestos casos de trata de personas en talleres clandestinos, paradójicamente una de sus actividades económicas, luego a denunciar a algunos prostíbulos, terminó incidiendo sobre cuestiones políticas bajo el amparo de la supuesta amistad con monseñor Bergoglio y mucha información que le suministraban.
La diputada nacional Lilita Carrió le puso nombre y apellido a lo que se sabía por abajo pero que nadie se atrevía a explicitar: Gustavo Vera es
un invento de Fernando Pocino, el ex director General de Reunión de la actual Agencia Federal de Inteligencia (AFI), despedido en enero pasado por sus nuevas autoridades, Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, casualmente dos de los funcionarios macristas atacados sistemáticamente por Vera e incluso denunciados penalmente.
Por ejemplo el dueño de Cocodrilo, Omar Suárez, lo demandó por llamarlo “proxeneta” y denunció que el accionar de Vera se orientaba a perjudicar a algunos comerciantes para beneficiar a otros, entre los que destacó a parte de la Policía Federal. En el caso sus denuncias sobre esclavitud sexual, la Secretaría General de AM
MAR, Georgina Orellano denunció que Vera “dirige sus denucias para perjudicar a prostitutas independientes para favorecer a algunos grupos de proxenetas. Perjudica a las trabajadoras por pedido de empresarios y la policía”, dijo.
Mimado por Jorge Rial, Rolando Graña y Gustavo Sylvestre entre otros periodistas, necesitó de ellos para desprenderse en 2015 de la grabación de las escuchas del caso AMIA en las que Khalil hablaba con Alejandro Salomón, militante del ARI y se mencionaba a Gustavo Vera en el marco de un pedido de favor.
Qué dijo Lilita
“Fui vilmente usada para tener un operador que habla con (Fernando) Pocino, que está con (César) Milani y Milani y Pocino están en el crimen de Nisman. ¿Cómo es posible que nosotros sigamos con operadores? No importa si es del Papa o es del Gobierno”, dijo Carrió.
De ser cierto lo que denunció Carrió, se encontrarían las explicaciones que justifiquen el porqué desde hace años Gustavo Vera se enfocaba en un tipo de denuncia que siempre favorecía al Gobierno de Cristina Fernández. Y luego de la muerte del Fiscal Nisman pasó a sostener el discurso oficial del suicidio y a perjudicar en la interna de la exSIDE a Stiuso, enemigo declarado de Pocino.
Pero además Lilita dio una vuelta de tuerca al aseverar que “Pocino es Milani”, otro de los personajes enfrentados al gobierno de Muricio Macri y sobre quién pesan las sospechas de que mantiene operativo un servicio de inteligencia paralelo. A principios de año, el periodista Rodis Recalt aseguró en una nota en la revista Noticias que el tándem Pocino / Milani eran responsables del robo de equipamiento y un backup de toda la información de ese organismo.
Lo que le faltó completar a la diputada Carrió es que si bien Pocino es Milani, ambos son Cristina Fernández. Y ese es el verdadero problema para la democracia y la República, justo cuando la expresidenta enfrenta una sumatoria de causas que la ponen al borde de la prisión.(www.caraycecaonline.com.ar)
Por Anna Blume