«Vinieron los allegados a ella, la agarraron con los brazos atrás de la silla, Milagro Sala se levantó enfrente de mi hija, empezó a darle puños en la cara, tenía los anillos, presencié todo eso y no pude ayudar a mi hija.»Así dio testimonio una de las víctimas que integró la Tupac Amaru
Buenos Aires, 16 de diciembre.( caraycecaonline) Ante el Tribunal que la juzga, Milagro Sala convirtió su defensa en discurso político y afirmó que el gobernador «Morales me persigue desde hace 8 años» . «Las causas que me armaron son porque soy coya y peronista» subrayó. Se colocó así bajo el paraguas del peronismo, al cual no hay muestras concretas que haya adherido nunca. Sus conductas y definiciones políticas han sido y son de tono «guevarista» y hasta llama «comandante Evo» al presidente de Bolivia. Banderas multicolores presidieron sus actos y no la celeste y blanca. Más aún, a Perón ni lo citó ni lo cita nunca. Se alinea con el desprecio que mostró la ex presidenta hacia la figura del fundador del Justicialismo sobre quien, cuando se le pidió fondos para levantarle un monumento, dijo: «Para ese viejo de mierda, ni un solo peso». (Testimonio de Antonio Cafiero en libro de Tata Jofre).
El juicio oral iniciado ayer contra Sala lo motivó el escrache y las agresiones que consumó, junto a partidarios de la Túpac Amaru, contra el entonces senador por Jujuy, Gerardo Morales y el titular de la Auditoría General de la Nación (AGN) Leandro Despouy. Antes la dirigente había soportado 10 causas judiciales de las que fue sobreseída por el juez n°1 Francisco Aróstegui.
Por tal irregularidad el ministerio público fiscal de Jujuy, a cargo de Sergio Lello, imputó al juez Aróstegui, por la comisión de los delitos de «prevaricato, denegación de justicia, abuso de autoridad y encubrimiento en concurso real» por supuestamente haber sobreseído en una decena de causas penales a la dirigente de la organización Tupac Amaru Milagro Sala y a sus integrantes y por mantener una relación de amistad con el esposo de ésta, Raúl Noro.
Sollozando, Carmen Fernández, madre de Micaela Condorí, contó de los malos tratos de Milagro Sala ante los diputados de la Comisión de Seguridad Interior que preside el radical Luis Petri. » Le decía «pedime perdón hija de puta», hasta que mi hija se levantó y le dijo «querés que te devuelva la vivienda te la devuelvo». «Mirala a esta, continuó Sala, qué se cree «y la empezó a insultar. Vinieron los allegados a ella, y agarraron a mi hija con los brazos atrás de la silla. Milagro Sala se levantó enfrente , empezó a darle con los puños en la cara, tenía los anillos, presencié todo eso y no pude ayudar a mi hija. Veía a mi hija con su cara roja y que empezó a sangrar por la nariz. No me dejaron acercar, hicieron como cadena. ¡Paren que hacen! les grité luego. (…) Y mi yerno estaba tirado en el piso y lo pateaban por todos lados, le daban golpes de puño los chicos de la Tupac. Y Milagro a mi hija amarrada le metía rodillazos por todo el cuerpo”.
Hubo cuatro testimonios de ex integrantes y beneficiarios de la Tupac Amaru, que forman parte de las denuncias judiciales contra la dirigente encarcelada desde enero de este año. Sin embargo, para el kirchnerismo Sala es una “presa política” en vez de “una mafiosa y una corrupta”, como expresó en un encendido discurso en la última sesión en Diputados la radical jujeña Gabriela Burgos.
Tras escuchar a las víctimas, la UCR anunció que impulsará la creación de una comisión especial investigadora, integrada por diputados. “Debemos investigar no sólo la defraudación al fisco, sino las violaciones estructurales a los derechos humanos que sufrían las personas que integraban las cooperativas que debían responder a la Tupac Amaru”, señaló Carla Carrizo, autora de la iniciativa. El contrataque no se hizo esperar. Un par de horas después, el bloque del FpV planteó el insólito reclamo por la intervención federal a Jujuy y el fin del mandato del gobernador Gerardo Morales.
Quien abrió las exposiciones ante más de veinte diputados radicales, de PRO, massistas y del socialismo, fue Víctor Mendoza, secretario gremial de ADEP, uno de los sindicatos docentes de Jujuy. Contó que hace unos años Sala apareció en el gremio “sin audiencia y pateando puertas como siempre, ofreciendo viviendas”.
Se trataba de 100 viviendas con la contraprestación de movilizar en marchas, participar en los cortes de ruta. El problema llegó con las elecciones del gremio. Mendoza era candidato a secretario. “Nos obligaban a conformar lista única con 50% de la Tupac. No accedimos y empezó el calvario. Un día llego al sindicato (…) siento un vidrio que se rompe, salgo al hall y recibí una trompada en la nuca. Quedé privado de libertad. En mi vida pensé en vivir eso. Me traían un libro para que firmara la renuncia, no lo hice. Fueron cuatro horas y media de hostigamiento, no eran docentes, eran patoteros de la Tupac Amaru”. Mendoza habitaba una de las viviendas con su familia. Amenazado, debió dejarla. Aunque tenía protección policial, le destrozaron el auto y la policía no volvió más. “Hasta hoy sigo siendo un docente de más de 30 años, inscripto en el instituto de vivienda, sin casa, hacinado en el domicilio familiar de ocho hermanos porque una mujer (Sala) me privó de tener casa, como dueña de todo, y se quedó con mi dignidad”, contó entre lágrimas.
Soledad Mendoza, ex cooperativista de la Tupac, relató que Sala la amenazó de muerte, que le ocuparon su terreno, le descuartizaron sus perros y golpearon a su madre. “Que me chupen el pingo la Justicia y los jueces. Acá la que manda soy yo”, contó que le dijo Sala una vez. Por último Ivana Velázquez, ex Tupac, aseguró que Sala les pegaba “con un garrote”. Por los maltratos, dejó la organización en 2011, “y empezó mi calvario. No tengo casa, trabajo, me sacó a la calle, me dejó a la deriva”, denunció.(www.caraycecaonline.com.ar)