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Sin anestesia

De Vido y José López simbolos coimeros de los K

Los líderes del siglo XX, fueron superados por el tiempo, y ahora nuestro pueblo, acorralado por el desgaste y la confusión, ya no busca revoluciones, sino reformas que le permitan vivir mejor, tener futuro, seguridad, educación, salud, vivienda, trabajo y paz(Por Jorge Augusto Avila)

Buenos Aires, 27 de mayo.(caraycecaonline) Los días finales de mayo, muestran la necesidad de separar lo principal de lo accesorio en la realidad política de un año que, además de electoral, resulta clave para la definición de los proyectos de poder que se perfila.Tres cuestiones  son determinantes para garantizar la gobernabilidad y mejorar la calidad institucional de la gestión. Los casos de corrupción, el manejo del aparato de inteligencia y la evolución del proceso electoral de octubre.

1) La corrupción: Los casos de conflictos de intereses de funcionarios en ejercicio se suman a la retahila de escándalos acumulados por el gobierno kirchnerista a lo largo de sus doce años. El presidente Macri dijo que habría que hacerle un monumento a la constructora brasileña Odebrecht, aunque quizá ahora debería revisar sus afanes arquitectónicos. La firma,  además de haber causado un verdadero tsunami político en Brasil, que derivó en la destitución de la ex presidente Dilma Rousseff, el procesamiento de  Lula, y la probable caída de su socio y heredero Michel Temer, proyecta sus sombras sobre la Argentina. Conviene advertir las diferencias del caso brasileño. En primer lugar por la concurrencia en materia de procedimientos irregulares de los gobiernos del PT,  tanto de la firma constuctora citada, como de  «Petrobras» y el gigante de la industria frigorífica de alimentos cárnicos «JBS» que crecieron y alcanzaron estándares de competencia internacional desde la llegada de Fernando Herique Cardoso al poder a mediados de los 90. Lula y Dilma, continuaron con los procedimientos y ampliaron la red de financiamiento espurio del Estado, al que se encuentran asociado Temer, y prácticamente toda la dirigencia política del país vecino.

En nuestro país, el kirchnerismo recibió las inversiones brasileñas, especialmente en obras públicas y empresas del rubro agropecuario. Todo lo manejaron el ministro de Planificación, Julio de Vido, el de Agricultura, Norberto Yaguar y  funcionarios de menor rango, como el «karateca» Ricardo Jaime, que compró propiedades en Brasíl y José López, campeón de revoleo de bolsos con millones de dólares. La lista es extensa, pero además se ha sumado últimamente el jefe de la Agencia Federal de Inteligencia, Gustavo Arribas. A ello hay que agregar la denuncia sobre el director del Plan Belgrano, José Cano, por negociados con Corea del Sur, cuya presidenta Park Geun-Hye recientemente fue destituida por corrupción. Se agregan  los  conflictos de intereses en la rescición de la demanda del Correo Argentino y el caso del ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren con un diferendo con la Oficina Anticorrupción, por conservar acciones de Shell.

Las instrucciones de la Procuración General del Tesoro en el primer caso, y del ministerio de Justicia, han permitido verificar la búsqueda de una resolución a derecho en los diferendos planteados. Asimismo, en el caso del gobierno argentino hay una clara posición de rechazo a acuerdos con las firmas involucradas a cambio de información. Las investigaciones siguen, Odebrecht fue allanada y los implicados deben presentarse ante los tribunales o el Congreso según corresponda. Sin embargo, hay una gran cantidad de leyes anticorrupción frenadas en el Congreso, que agilizarían los trámites y permitirían recuperar los activos sustraídos a las arcas públicas por los ladrones de guante blanco. El retraso en tratar esos proyectos, se debe en gran medida a una red de protección corporativa de los mismos legisladores de casi todos los bloques. Aunque la Justicia no es ajena a la cuestión, infectada desde hace largo tiempo por intereses facciosos que terminan consagrando la impunidad.

2)El espionaje: Las denuncias sobre la falta de control del aparato de inteligencia del Estado, han alcanzado ahora a algunos integrantes de la coalición gobernante, como en el caso de Elisa Carrió, pero la diputada de Coalición Cívica no es la única que cuestiona al ya citado Arribas y a la vicedirectora Silvia Majdalani. Lo cierto es que desde la partida de Oscar Parrilli, y especialmente desde la muerte dudosa del fiscal Alberto Nisman, ha surgido a la luz una notable cantidad de operaciones de espionaje interno llevadas a cabo por el organismo, anteriormente denominado SIDE, muchos de cuyos integrantes permanecen activos en el mismo. Siempre vinculado al sórdido accionar de mercenarios, a pesar de la creación de comisiones de control en el ámbito legislativo, y algunas modificaciones normativas esbozadas por el Poder Judicial, las actividades de estas verdaderas cloacas de la democracia lindan frecuentemente en el delito, y gozan de niveles de tolerancia inusuales. No alcanza aquí con señalar que esto es similar en otros países. La distorsión de la actividad de inteligencia estatal es de tal magnitud, que sin un verdadero cambio de paradigma en la materia, continuaremos bajo el arbitrio de personajes tenebrosos avalados por los gobiernos de turno. Lo ha demostrado el kirchnerismo con el caso Stiuso, y hay sobrados antecedentes previos.

3)Las elecciones: Junto con las fiestas patrias, se lanzaron las campañas electorales rumbo a las primarias del 13 de agosto, y ya se avizora un panorama conflictivo con vistas al cierre de listas dentro de poco menos de un mes. El oficialismo ha cerrado filas para llegar con listas unificadas a las primarias, y evitar el desgaste de una campaña previa. Las evaluaciones realizadas, indican que está en condiciones de retener la mayoría, incrementando la cantidad de legisladores, aunque sin lograr quórum propio en ambas Cámaras del parlamento. La candidatura de Cristina Kirchner será el eje de una factíble división peronista, ante la presentación de randazzistas y otros especímenes de similar calaña, en un paso de comedia más que terminará desvirtuando al movimiento político que mayor tiempo ha detentado el poder en la Argentina. El massismo, tratará de mantener su base de sustentación, aunque poco le aporten los «margaritos» y las variantes de izquierda siguen discutiendo la revolución mientras se dividen sistemáticamente sin perspectiva alguna de poder.

La clave esta en el rendimiento electoral del macrismo en octubre. Si logra una diferencia estrecha, deberá seguir negociando sectorialmente para mantener a flote la gobernabilidad, como lo ha hecho hasta ahora, tratando de no romper demasiadas cosas en el bazar. Pero si logra una victoria significativa, será tiempo para que Macri comience a esbozar un proyecto de continudad que debe contar con mayor potencia que la verificada hasta el presente.

Acabamos de celebrar una Revolución, que permitió el nacimiento de nuestrra patria en 1810. Crear una organización nacional y un identidad inequívoca, costó cien años. Luego, la soberanía popular fue trasegada por los intereses foráneos que encontraron títeres locales para llevarnos a una decadencia infame. Los líderes del siglo XX, fueron superados por el tiempo, y ahora nuestro pueblo, acorralado por el desgaste y la confusión, ya no busca revoluciones, sino reformas que le permitan vivir mejor, tener futuro, seguridad, educación, salud, vivienda, trabajo y paz. Es un desafío para esta nueva dirigencia, dejar de cacarear y asumir los riesgos de actuar con seriedad y eficacia. Sanear el Estado, reducir la pobreza, defender y crear trabajo, mejorar la economía. ¿ Podrá el macrismo derivar en una suerte de conservadurismo popular o liberalismo social, para consolidarse como el factor principal de un cambio de esta envergadura ?. Es una de las incógnitas que revelará octubre. (www.caraycecaonline.com.ar)

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