(Por Jorge Augusto Avila)
Buenos Aires, 12 de agosto.(caraycecaonline) Después de la extravagante campaña para las primarias, llegó el momento de votar. Pero al considerar que es preciso analizar el escenario electoral, le propongo a los lectores hacer una terapia depurativa para ahuyentar algunos fantasmas que en el transcurso del proselitismo militante, pueden haber afectado el sano juicio de algunos ciudadanos, aún confiando como siempre en el instinto de conservación que han demostrado los argentinos en las urnas, a lo largo de la restauración democrática iniciada en 1983.
Cuando anticipamos en Cara y Ceca a mediados de abril, que la estrategia de polarización del oficialismo entrañaba riesgos, además de ser los primeros en confirmar la candidatura de Cristina Kirchner, también sabíamos que todos los recursos del peronismo diversificado, se iba a concentrar en una sistemática campaña de valorización de estas PASO, en busca de recuperar protagonismo. El oficialismo que en principo les asignó un rol menor, además de confiarse en su superioridad territorial, llegó a hablar de la supresión de esta instancia, alegando que son un invento kirchnerista, de alto costo económico para el sistema y donde, realmente, no se decide gran cosa. Grave falla estructural de los muchachos macristas. Toda expresión de la voluntad popular es siempre valiosa, y en tal sentido cabe señalar que el primer golpe del actual presidente lo dió precisamente en las PASO de 2015, donde su victoria sobre Ernesto Sanz y Elisa Carrió, lo proyectó a la primera magistratura tras consolidar la coalición gobernante. Pero también mostró el primer atisbo de la caída kirchnerista, ya que el dedo de la ex presidente, terminó por debilitar a Daniel Scioli, dejando heridos y alterados por doquier. Los resultados de la primera vuelta y balotaje, confirmaron que estos elementos, sumados a muchos otros, influyeron en una derrota clave para clausurar el proyecto hegemónico cristinista, solo avalado por el camporismo y los eternos caciques mafiosos encaramados al poder. La gente los bajo de un cachetazo.
Advertidos de este error, los estrategas oficialistas volvieron sobre sus pasos en busca de potenciar la oferta electoral en las primarias, en especial en el distrito de la provincia de Buenos Aires, donde desde el inicio de campaña se instaló la imagen de una Cristina Kirchner victoriosa. El esquema proselitista del kirchnerismo, no fue producto de ninguna reivindicación de los bonaerenses sobre la gestión de Daniel Scioli e incluso anteriores. El alférez Verbitski-Graffigna, junto a los asesores extranjeros convocados por Máximus, replicaron los sistemas ecuatorianos además de una lavada de cara y chasis de la candidata, que dejó las carteras de Louis Vuitton para presentarse humildemente vestida en cada ocasión, y clausurando el acceso de la prensa a los actos de campaña. Con discurso moderado, en verdad, es incierto el porcentaje asignado por encuestadores y politólogos pagados con moneda suiza. Habrá que ver el resultado, recordando que la performance de los analistas de estadìsticas ha fallado bastante últimamente. El más dolorido en la ocasión resulta Sergio Massa de Galmarini, cuyo contubernio con Margarita Stolbizer no logró levantar vuelo, y la «ancha avenida» del medio parece llevarlo a un tercer lugar, lejos, para decirlo en términos turfísticos. De Florencio Randazzo, además de haberse quedado con el sello del PJ provincial, poco puede decirse. Nunca ganó nada, ni siquiera en su Chivilcoy natal, y de su supuesto «cumplimiento» como funcionario, hablan los hechos por si mismos. Ni Sube, ni trenes ni documentos. Todo mejoró cuando se fue, y algunas cosas están en veremos.
Para completar el cartón del descalabro peronista, apareció Charly Menem sobre el final, impugnado pero capaz de forzar a la Corte a darle otra instancia, y al desvencijado PJ a darle avales que deben provocar náuseas a más de uno. Y a propósito de esto, hubo dos hitos de la campaña que es bueno refrescar. El arquitecto De Vido continúa en su banca de diputado y amparado por los fueros que también busca Cristina Kirchner, por el pronunciamiento del peronismo legislativo, y la izquierda petardista. En tanto, el apresamiento de su cuñado favorito, el «mono» Claudio Minnicelli y el inicio del juicio a José «bolsita» López, su ex mano derecha, anticipan nuevos episodios en la saga de este verdadero «padrino» de la corrupción kirchnerista.
Y para completar el cuadro, el cierre proselitista viene con mapuches. Mientras se investiga la supuesta desaparición del mochilero Santiago Maldonado de cuya militancia por los «pueblos originarios» hay pocas constancias, las comerciantes de los derechos humanos endilgan culpabilidades inciertas, mientras se desentienden de otros casos ocurridos durante el largo mandato kirchnerista, como Julio López, y varios muertos en las refriegas del Chaco y Formosa, con gobierno propio, y Neuquén, con aliados como Sobisch y Sapág.
Desde el oficialismo habrá que ver si la levantada final en los principales distritos es suficiente para evitar algún disturbio, teniendo en cuenta las escasas diferencias en la provincia de Buenos Aires donde el valor de la fiscalización y control del comicio será fundamental. Por las dudas, ya le pusieron una bomba a la empresa encargada del escrutinio provisorio y la labor del Correo despierta serias dudas por tratarse de un enclave de lúmpenes al servicio del mejor postor, con muchas zonas oscuras que vamos a revelar en breve. Finalmente, los resultados de estas primarias serán una termómetro del humor social. La economía empezó a levantar, hay más trabajo en segmentos claves como la construcción y la industria, la justica avanza en las investigaciones por enriquecimiento ilícito y corrupción y se comienza a verificar mejoras en la calidad institucional. ¿ Alcanza ?. Del otro lado está el efecto de un ajuste impiadoso después de doce años de tarifas, consumo y producción congelados por el «relato», algunos casos turbios como el de Gustavo Arribas, jefe del aparato de inteligencia, y el manejo de la deuda por Luis Caputo, ministro de Hacienda. No hay mucho mas. No se trata de plebiscitar una gestión que heredó el «Titanic» y está esquivando icebergs. No creo que la gente quiera volver a «Cristina eterna» y compañía, a menos que se apele al fraude y la violencia como parece esbozarse. Ya bastante habrá que aguantar si sale segunda, porque igual tendrá banca. Sea cual sea el resultado, pensemos en octubre y más allá. Renová la oportunidad. Votá por vos.(www.carayccaonline.com.ar)