La viuda y el hijo del colombiano actuaron como nexo entre un capo narco y un empresario argentino procesado por lavado. El documento secuestrado por la Justicia federal el pasado 29 de septiembre en el marco de la causa “Café de los Angelitos”.
Buenos Aires,18 de octubre.(caraycecaonline)En su indagatoria ante el juez federal de Morón Néstor Barral, Mateo Corvo Dolcet no negó haber recibido dinero del colombiano José Piedrahita Ceballos, pero aseguró que al momento de hacerlo participar de Insula Urbana S.A.- entre otras empresas- no sabía de sus antecedentes narco. Para sustentar esto, el empresario argentino remarcó que, al enterarse, decidió recomprar sus acciones.
La historia, tal vez, hubiera cerrado si no fuera porque, en la propia casa de Corvo Dolcet en Pilar, se encontró un contradocumento firmado por él en el cual queda claro que la recompra fue una mentira, una pantalla. La relación entre ambos fue documentada:
«La señora María Isabel Santos y Sebastián Marroquín por una parte y, por la otra, Mateo Corvo Dolcet, extienden el presente documento a efectos de dar por cumplidas promesas recíprocas resultantes de la presentación del señor José Piedrahita como inversor del proyecto inmobiliario que Corvo Dolcet lleva adelante”. Marroquín es la nueva identidad del hijo de Escobar Gaviria, que desde mediados de los ’90, junto a su madre viven en la Argentina. Con este documento sugiere una continuidad en actividades de lavado de dinero, ya que se estima que esta sociedad realizó en ese carácter de 10 a 15 millones de dólares.
El documento secuestrado por la Justicia federal el pasado 29 de septiembre en el marco de la causa narco conocida como “Café de los Angelitos”.
Usando las nuevas identidades que en los 90 les dio el gobierno colombiano, la viuda y el hijo de Pablo Escobar Gaviria actuaron de nexo comercial entre el capo narco José Piedrahita Cevallos -detenido en Colombia por pedido de Estados unidos- y el empresario y abogado argentino Mateo Corvo Dolcet.
La historia es la siguiente y se remonta a 2011. Por entonces la empresa “Price Waterhouse SRL” fue contratada para hacer la auditoría de “Insula Urbana S.A”. Price detectó la presencia accionaria del narco colombiano y le informó a la contadora de Corvo Dolcet que no iba a aprobar los balances de Insula con Piedrahita Ceballos en la sociedad ya que este último “estaba siendo investigado por un delito”.
Ante esto se decidió ocultar al capo colombiano simulando una recompra de acciones de Corvo a Piedrahita por tres millones de dolares. Pero la verdad quedó asentada en el contradocumento clave.
“Por los motivos que no resulta necesario volcar al presente, los aquí firmantes coinciden en la conveniencia de que el Sr. Piedrahita deje de figurar formalmente como socio/accionista registrado en ambas sociedades. Y se han puesto de acuerdo también en que la titularidad accionaria que hasta la fecha registra el sr Piedrahita sea formalmente registrada como propiedad del Sr. Corvo”, se lee en el documento secuestrado por la Justicia.
El insólito contradocumento para ocultar al capo narco colombiano José Bayron Piedrahita Ceballos, el narco colombiano con vínculos en la Argentina.
El punto sexto de lo deja aún más claro: “Las partes asumen irrevocablemente el deber de confidencialidad respecto de la suscripción de este documento. Vale decir que es interés irrenunciable de ambas partes que, ante terceros, el Sr. Corvo actúe y sea reconocido como propietario real de las acciones que simuladamente le seránr vendidas por el Sr. Piedrahita”.
El punto sexto de lo deja aún más claro: “Las partes asumen irrevocablemente el deber de confidencialidad respecto de la suscripción de este documento. Vale decir que es interés irrenunciable de ambas partes que, ante terceros, el Sr. Corvo actúe y sea reconocido como propietario real de las acciones que simuladamente le serán vendidas por el Sr. Piedrahita”. (www.caraycecaonline.com.ar)