No se trata sólo de progresistas estúpidos, cómo apostrofó la inefable Elisa Carrió durante el debate sobre la Emergencia Alimentaria en el Congreso. Es un fenómeno más profundo que involucra a un espacio social retrógrado y acomodaticio, eternos oficialistas, cuya voluntad ha sido reflejada por la mayoría de los gobiernos desde la restauración democrática(Por Jorge Augusto Avila)
Buenos Aires, 11 de noviembre. (caraycecaonline)La estampida de reacciones que produjo el lanzamiento de reformas estructurales del Gobierno, refleja los miedos al cambio de una sociedad profundamente conservadora, que refleja en sus dirigentes una miopía de objetivos solo comparable con aquellos personajes de la obra de Máximo Gorki a la que refiere el título. Hombres que solo buscan defender su posición, codiciosos y autoritarios, apegados a dogmas que impiden cualquier forma de crecimiento. No se trata meramente de progresistas estúpidos, cómo apostrofó la inefable Elisa Carrió durante el debate sobre la Emergencia Alimentaria en el Congreso. Es un fenómeno más profundo que involucra a un espacio social retrógrado y acomodaticio, eternos oficialistas, cuya voluntad ha sido reflejada por la mayoría de los gobiernos desde la restauración democrática. Ante las pruebas «Aprender», evaluación educativa destinada a mejorar las condiciones del sistema pedagógico, la oposición ve una estigmatización de los alumnos y docentes que participan de ella. Niegan la necesidad de corregir las fallas que nos han llevado a un pronunciado declive en las condiciones de impartir enseñanza y se aferran a valores perimidos. El comportamiento de los gobernadores respecto a un nuevo régimen impositivo, también refleja la necesidad de preservar el poder territorial, antes que obtener mejores condiciones para el conjunto de la población y evitar el continuo éxodo de provincias que agotan sus recursos sin lograr trasladar los beneficios al conjunto de la población. ¿ Donde están los obreros de la Córdoba industrial de hace 50 años, que albergó las luchas más intensas contra dictadores como Onganía y Lanusse ?. ¿ Y los combativos trabajadores de los ingenios de Tucumán que tuvieron a la FOTIA como vanguardia ?. Incluso las fuerzas ruralistas muestran una clara hipérbole con el ascenso de aquella Sociedad Rural que aplaudió la llegada de la última dictadura, al ministerio que hasta ahora detentaba un dirigente de la Federación Agraria. La prepotencia del dinero se impone en estas miserables negociaciones entre burócratas del orden establecido, y no mucho puede esperarse de ellas. El debate parlamentario que será iniciado la próxima semana, tendrá un previsible consenso si previamente se acordaron los beneficios y repartijas que permitan sostener algunas prebendas, alimentar feudos y garantizar continuismo donde los intereses creados prevalecen. El Gobierno tiene una oportunidad para develar las verdaderas condiciones que genera un cambio como el propuesto. A partir del 10 de diciembre, un nuevo elenco legislativo podrá avanzar en las sesiones extraordinarias sobre cuestiones cruciales. Esta pendiente la «Conadep» de la corrupción kirchnerista, una nueva normativa que vaya más allá de la hiperactividad actual de los jueces federales, y el permanente desfile de los conocidos rostros del saqueo, que van de Comodoro Py a Ezeiza, o Marcos Paz. También, y como fue revelado en la reciente reunión del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) en nuestro país, el grave incremento del financiamento local de actividades del narcotráfico y el terrorismo, obligan a ejercer recaudos hasta ahora insuficientes, o cómplices. Además, endurecer las penas por el enriquecimiento ilicito y la violación de la Ley de Etica en el cumplimiento de la Función Pública, para terminar con la impunidad de quienes abusan del poder, y transforman el servicio en beneficio. La tarea es ardua, y no será sencilla, pero ya hay una agenda y también un compromiso que debe extenderse con mayor fuerza a los mas jóvenes, quienes serán los protagonistas de lo que viene. Ese porvenir, que nos permita revertir esa parábola inconclusa del país que está en decadencia, sin haber llegado al cénit.(www.caraycecaonline.com.ar)