Macri y los gobernadores,base de unión nacional y federalismo
Buenos Aires, 2 de marzo.(caraycecaonline) El inicio del año político, con el discurso del Presidente Mauricio Macri ante la Asamblea Legislativa, fue la escenografía cruenta de una pugna que se extenderá durante todo el año electoral. Tirios y troyanos descargaron en la arena parlamentaria sus mejores sus mejores ideas antagónicas, sin reparar en un necesario balance de valores, exento de los intereses deletéreos que se esgrimen en favor de sectores concentrados. Hay un punto, empero, que no por reiterado debe dejar de ser destacado. Se trata del primer gobierno no peronista en una centuria, que cumple su mandato intacto, tras el postergado legado irigoyeneano de 1929, trunco por el golpe de Estado. Es esta una faceta encomiable que revela el poderío institucional de la República, a pesar de cierto desencanto democrático exaltado últimamente. Se busca agua en el desierto. No son las cifras ni los porcentajes el elixir del crecimiento. En esta suerte de tregua, donde las ambiciones personales parecen desangeladas ante una nueva realidad, surge un camino que lleva a la busca de ciclo virtuoso. Se trata de rescatar los valores trascendentes, que implican un rediseño funcional que tanto el oficialismo como la oposición parecen no advertir. El pragmatismo no implica sinuosos atajos legales, ni corrupción endémica o elusión de responsabilidades. Esta clase política, dirigentes empresarios, sindicales, confesionales y sectoriales, está llamada a refundar la esencia representativa de los poderes del país. No a mediar en contiendas minúsculas que solo dilatan un proyecto común. Hace pocas horas fue condenado el encubrimiento del mayor atentado terrorista de muestra historia. Fueron homenajeadas las víctimas de la desidia oficial en la tragedia de Once y se redujo a la caricatura las amenazas de quienes presagiaban el caos para impedir llegar a las urnas. Es un conjunto de desgracias citadas a modo ejemplar, que signaron el pulso social durante años. Quizás estemos en la víspera de una Justicia implacable con funcionarios que la honren. Que hagan cumplir las leyes de un Legislativo donde la negociación implique buscar mejoras y no favores. Y donde el Ejecutivo, lejos del fervor tribunero y exhibicionista, rinda cuentas de su acción sin esmerilar las convergencias. ¿ Estamos transitando hacia ese nuevo tiempo, donde trabajar a destajo por la Patria ya no será excepción de las mayorías populares ?. Octubre lo dirá, y mientras tanto, espera el largo invierno de las esperanzas compartidas.(www.caraycecaonline.com.
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