Buenos Aires, 13 de abril. (caraycecaonline) La semana transcurrió con signos inequívocos del proceso electoral a nivel nacional. La nueva derrota del kirchnerismo, esta vez en Río Negro, ratifica una tendencia que se está tornando consistente. A diferencia de 2015, la sociedad opta por el rumbo elegido y da continuidad a los mandatos provinciales. En el mismo sentido se resolvieron las PASO de Chubut y San Juan. Que aliados, o al menos sectores no confrontativos con el gobierno macrista se impusieran, debería ser tomado con cautela por el oficialismo. No implica una aprobación, sino la expectativa de ver el final de una obra en construcción. Ciertamente, no son pocas las disidencias de la coalición Cambiemos. Pero es claro que el mandato popular es de repudio a retornar a una etapa ominosa, que pretende extenderse con el exilio cubano para la ex presidenta, y sus hijos. Sería un muestra de lenidad de la justicia aceptar que tanto la joven millonaria estresada, como su madre y hermano, no fueran tratados por Interpol, del mismo modo y con la celeridad que tuvo con el empresario Alberto Samid. El procesamiento de Cristina Kirchner por haber vendido dólares por debajo del precio de mercado para perjudicar a su sucesor en 2015 es la punta del iceberg del nuevo escándalo de corrupción de América Latina. En la lista de acusaciones, juicios y sentencias en la región, los Kirchner también está bajo investigación por haber entregado contratos de miles de millones de dólares a un constructor antes inexistente, que adquirió extensiones gigantescas de tierra en la Patagonia y hoteles de lujo en la provincia de Santa Cruz por cuenta de la ex presidenta. Lázaro Báez, protagonista principal del escándalo de Hotesur, ya està preso, pero seguirá la marcha de jueces sumisos que dejaron languidecer estas causas cuando los Kirchner atendían los asuntos en la Casa Rosada. Es preciso un fuerte gesto político para encauzar definitivamente el rumbo de los Tribunales, y eso llegará con una ratificación del rumbo. Es una buena señal el llamado a compartir decisiones con los restantes socios por parte del PRO, en especial respecto al rumbo económico. La única bandera que agitan los oportunistas y lacayos que buscan un fuerte desgaste preelectoral del gobierno, es mantener la impunidad, y la corrupción como sistema. Ya los gestos desde la región y los organismos multilaterales han sido claros. Sin profundizar los cambios iniciados, ho habrá futuro. Es preciso elaborar un estratégia adecuada que permita el desarrollo sostenible, en todos los frentes. No podemos seguir dependiendo de las buenas cosechas, aunque estas serán cada vez mayores, convirtiendo al país en una de las grandes potencias agropecuarias del mundo. Los frentes industrial, comercial, de infraestructura y financiero, han comenzado a comprender la necesidad de nuevas reglas que terminen con las prebendas y el «capitalismo de amigos». Que no fue por cierto propiedad exclusiva del kirchnerismo. En los años ochenta, cuando se efectuaron la mayoría de las transiciones democráticas en América Latina, muchos pensaron que los males endémicos de la región comenzarían a desvanecerse en forma automática. No fue el caso. La violencia y la desigualdad persisten, aunque hayan disminuido en algunos países. La corrupción se encuentra más presente que nunca, incluso bajo gobiernos conducidos por partidos o líderes de izquierda, que se vanagloriaron de que ellos nunca incurrirían en las odiosas prácticas de sus verdugos o represores: las élites latinoamericanas. Resultó que sí. En nuestro Congreso se encuentran empantanadas dos leyes claves. La ley de extinción de dominio y la ley de financiamiento de las campañas electorales. Mientras no avancen, nuestra democracia seguirá en construcciòn.(www.caraycecaonline.com.ar)