Podría solucionar problemas neurológicos como pérdida de memoria, ceguera o depresión. Y va por más: el multimillonario quiere “guardar recuerdos”.
Para la demostración, Musk usó una cerdita llamada “Gertrude”, con la que fue contando cómo funcionaría el sistema.
Gertrude, la cerda con la que se realizó la demostración. Foto Neuralink
El aparato es una pequeña sonda con más de 3.000 electrodos conectados a hilos flexibles y “más finos que el pelo humano” que permiten monitorear la actividad de 1.000 neuronas cerebrales convirtiéndose así en un «Fitbit en tu cráneo con pequeños cables», en palabras del creador de Tesla.
Sergey Stavisky, neurólogo de la Universidad de Stanford, señaló que la compañía había conseguido un «progreso significativo y admirable» desde la presentación del dispositivo hace apenas un año.
Otros fueron más cautos: pidieron tranquilidad y aseguraron que se necesitan más estudios para poder decir que funciona sin dañar el cerebro.
Musk fue muy optimista y tomó ejemplos muy concretos: «Cuando tenés daño en la columna vertebral tenés básicamente cables rotos: esto podría solucionarlo», explicó.
Además, Neuralink ha creado el robot quirúrgico que lo implanta. Esta operación dura menos de una hora, no requiere anestesia general y el usuario puede abandonar el hospital el mismo día de la intervención. El robot, además, implanta los electrodos que se conectan con el chip. Por otro lado, como explicó Musk, el chip se puede retirar en cualquier momento sin efectos secundarios.
El objetivo del chip de Neuralink es que solo con señales cerebrales se puedan activar dispositivos como las luces de casa, o una plataforma como Netflix. Según Elon Musk, el chip permitiría arrancar un coche Tesla e incluso guardar recuerdos.
El Neuralink.
El chip es todavía un prototipo y todavía queda un trecho para que se comercialice, pero desde el pasado mes de julio, Neuralink está haciendo pruebas con humanos.
El escrito de Elon Musk, en inglés.