Tras el aislamiento por su viaje al exterior, el ex presidente se sumará a la campaña.
Mientras cumple el aislamiento obligatorio por su reciente viaje a Europa, Mauricio Macri ya tiene al menos dos puntos marcados en su agenda: hacer campaña con María Eugenia Vidal en la Ciudad y con Diego Santilli en la provincia de Buenos Aires. Si algunos dudaban del rol que tendría el ex presidente en la previa de las PASO 2021, los propios candidatos del PRO confirmaron que lo sumarán.
La reaparición de Macri tiene lógica partidaria y personal. Con matices, hay coincidencia en que la presencia del ex mandatario puede ayudar a contener el voto duro y anti K en los centros urbanos y las zonas más acomodadas vinculadas al campo, incluidos algunos distritos bonaerenses. Y también, creen el ex mandatario y su entorno, puede sumar para cumplir su última (y quizá única) obsesión: «Ganar el 2021 y el 2023».
De cara a la próxima presidencial, Macri tuvo ya un gesto público que sostiene en la intimidad, con lógica interna: «El mejor preparado para esa elección es Horacio Rodríguez Larreta«. Hay un «pero», de todos modos, que repiten a su lado: «Faltan dos años y eso en Argentina es una eternidad».
¿Puede volver a anotarse él para esa pelea? Difícil, no imposible. «Acá querían jubilar a Cristina y ella volvió, como vicepresidenta pero volvió. Es una pavada querer correrlo, cuando mantiene un apoyo importante. No sabemos si son 15, 20 o 30 puntos, pero alguien que quiera ser presidente de nuestro espacio no puede prescindir de eso», resume un ex funcionario que habla diariamente con Macri.
Las encuestas actuales plantean un escenario muy difícil de revertir. El ex presidente no sólo consolidó su imagen negativa en los distritos habitualmente refractarios a su figura, sino que hoy también tiene más rechazos que apoyos en la región centro del país, donde ancló con votos su carrera nacional.
La autocrítica en el macrismo fiel, por ahora, sigue siendo limitada: «Era imposible dar vuelta la cosa con la herencia que recibió. Entendemos que hoy, gran parte de los que lo rechazan son votantes propios y que lo culpan por la vuelta de Cristina«.
El formato de su reaparición no está claro aún. También hay diferencias sobre cómo se gestó. «Acá se dieron cuenta que no podían despreciar el voto duro. Diego (por Santilli) le pidió que lo acompañara. Y por supuesto lo va a hacer», dan su versión cerca del ex presidente.
«Es algo que ya se venía conversando, no es que ahora vemos que hay que endurecer la campaña. En la Provincia, supongo que irá al interior, no creo que lo llevan al Conurbano», relativiza otro ex funcionario vinculado a la campaña porteña.
Con quien más debió recomponer el vínculo Macri fue quizá con Vidal. Tras la derrota en 2019, hubo acusaciones mutuas. Que de algún modo se sostienen hoy. La ex gobernadora cree que él debió permitirle adelantar la elección para tener más chances contra Axel Kicillof y el ex presidente le reprocha casi haber abandonado la campaña tras la derrota en las PASO de aquel año.
El vínculo mejoró y eso, esperan desde ambos lados, debería reflejarse en campaña. Vidal es una de las habitués virtuales y presenciales de las reuniones del ex presidente. También, claro, Rodríguez Larreta. Pero ninguno tanto como Miguel Pichetto, acaso el interlocutor más habitual que mantuvo Macri desde su salida del poder.
Con quienes cortó el diálogo, al menos el cotidiano, es con los encuestadores. En particular con los que lo acompañaron en la gestión, como el ecuatoriano Jaime Durán Barba, y le dijeron hasta la misma tarde de las primarias presidenciales que podía ganar la elección. Otros tiempos.(www.caraycecaonline.com.ar)