Economía Las cuentas públicas

El Gobierno «ahorró» $660.000 millones en jubilaciones y gastos de pandemia

Jubilados a la espera frente a un banco

Es lo que le permitió reducir el déficit fiscal en 2021. Los haberes subieron menos que la inflación.

Buenos Aires 27 ene 2022.(caraycecaonline) Por la licuación de las jubilaciones y el recorte del gasto de pandemia, el Gobierno ahorró $ 660.564 millones en 2021. El gasto social fue así una de las principales patas que permitió reducir el peso de las erogaciones sobre el PBI y el déficit en las cuentas públicas, en medio de las negociación de un nuevo programa económico con el FMI.

El debut de la nueva fórmula de movilidad y los bonos compensatorios no fueron suficientes para evitar el deterioro de las jubilaciones. Por el cambio de cálculo, los haberes pasaron a ajustarse por la variación de la recaudación y los salarios, pero sin garantizar que igualen o superen la inflación. El IPC cerró el año pasado en 50,9%, bien arriba del 36,1% de 2020.

«Las jubilaciones ajustan por la inflación pasada. Si te doy un aumento trimestral para marzo del 10% y los precios subieron 14% en el período previo, el aumento es inferior a la canasta. La suba de la inflación hace que el Estado ahorre dinero y, si baja, aumenta el gasto previsional», dijo Andrés Borenstein, economista de Econviews.

La asignación universal por hijo (AUH) y las prestaciones del PAMI también crecieron por debajo de la inflación (34,2 y 31,1%), generando un ahorro de $ 26.783 millones y $ 44.878 millones, mientras que las asignaciones familiares tuvieron un incremento del 60,2%, alentado por el refuerzo otorgado desde octubre a trabajadores registrados, monotributistas y desempleados.

El cambio más notorio se observó en el gasto destinado a paliar la pandemia junto con programas como Alimentar y Progresar. Esa partida cayó un 3,4% nominal y su participación, del 5,40% al 3,72% del PBI, lo que implicó un ahorro de $ 426.000 millones tras la decisión del Congreso de eliminar el IFE y ATP en el Presupuesto del 2021.

El ajuste del gasto social se vio en parte compensado por los subsidios a la energía, transporte y gasto de capital, con subas del 44%, 4% y 57% en términos reales, equivalentes a $ 321.649 millones, $12.398 millones y $236.931 millones. En un caso, por el congelamiento parcial de tarifas y boletos, y en otro, por la mayor ejecución de obra pública en la última parte del año.

En ese contexto, el déficit primario cerró en torno al 3,05% en 2021, menos de la mitad del 6,37% del 2020, según Econviews. Aparte del efecto inflacionario y el recorte de fondos, las cuentas mejoraron por el crecimiento del 10% de la economía y los ingresos extraordinarios, como el aporte de las grandes fortunas y los precios de la soja, factores que no estarían presentes este año.

Los desafíos del 2022

Ahora, el ministro de Economía, Martín Guzmán, busca avanzar en una reducción gradual del rojo fiscal para alcanzar el equilibrio en 2027, una meta que el FMI exige cumplir entre dos y tres años antes. Esa sería una de las principales diferencias que traba la renegociación de la deuda de US$ 44.000 millones, aunque también hay tironeos por la política cambiaria y monetaria.

A diferencia del año pasado, el Gobierno enfrenta un escenario mucho más complejo, marcado por las insuficientes reservas para hacer frente a los pagos con el organismo (este año vencen US$ 19.000 millones), un menor crecimiento (Guzmán proyecta un 4% y el FMI, un 3%) y una inflación estimada en torno al 54,8%.

«La inflación te ayuda en lo fiscal, con el Fondo o sin el Fondo, vas a tener un déficit importante, vas a tener que emitir para financiar el déficit, para comprar reservas y pagar Leliq. Con esa emisión, sumado a algunos factores en el costado como el aumento de tarifas y la devaluación, que te lo va a pedir el Fondo, es un escenario de inflación más alta«, dijo Borenstein. (www.caraycecaonline.com.ar)

La disparada de los dólares paralelos también podría sumar presiones extra. Por ello, los analistas no descartan que Economía replique las medidas adoptadas en la crisis cambiaria de octubre de 2020, cuando se produjo una caída de los depósitos en moneda extranjera, una brecha cambiaria superior al 100% y las reservas disponibles alcanzaron un umbral crítico.

El paquete incluyó una reducción drástica de la emisión monetaria, endurecimiento de los controles cambiarios y un ancla sobre el gasto público. Esas medidas, junto con una mejora del 50% en los precios de la soja y la recuperación de las exportaciones industriales por la normalización sanitaria, permitieron recomponer reservas y estabilizar la economía.

Pero ahora podrían chocar con las intenciones del Presidente de evitar un ajuste y las presiones en el Frente de Todos para aplazar los pagos de la deuda. En algunos sectores oficialistas creen que un giro recesivo congelaría la recuperación del consumo, cuando la pobreza sigue arriba del 40%, y complicaría el último tramo de la gestión previo a las elecciones del 2023 .

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