El líder ucraniano habló ante el Consejo a pocas horas de que se develara el horror en la ciudad de Bucha, un lugar del que se retiraron las fuerzas rusas días atrás. Entre edificios destrozados, allí se vieron cadáveres de civiles en las calles, algunos de ellos con las manos atadas en la espalda y balazos en la cabeza, y salas de tortura.

Rusia dijo que todo se trataba de un montaje, que sus tropas se habían retirado antes de las atrocidades, pero las imágenes fueron corroboradas por periodistas internacionales que fueron al lugar y por imágenes satelitales difundidas por The New York Times, que mostraron que los cuerpos estaban en esos lugares mientras permanecían las fuerzas rusas en el lugar.

El presidente ucraniano denunció que civiles fueron baleados en las calles, sus cuerpos arrojados en pozos de agua y aplastados por tanques solo por “placer” de los solados rusas.

Zelenski pidió que Rusia sea juzgada por crímenes de guerra, a la vez que denunció que la masacre de Bucha es tan solo «una de muchas matanzas» perpetradas por las tropas rusas y que “habrá más” de estas masacres.

“Cualquiera que haya dado una orden criminal y cualquiera que la haya llevado a cabo debe ser llevado a un tribunal. Un tribunal parecido a Nuremberg”, clamó.

El veto de Moscú

Rusia es miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y por eso tiene poder de veto. Este órgano, por tanto, no puede tomar ninguna resolución sobre Ucrania porque Moscú lo impide.

Por eso Zelenski denunció que el sistema es obsoleto y pidió drásticas reformas en el organismo: “Tenemos que hacer todo lo que este en nuestro poder para darle a la próxima generación unas Naciones Unidas efectivas, con capacidad de responder a los nuevos desafíos de seguridad y prevenir ataques”, reclamó.

Para finalizar su discurso y dar cuenta de las atrocidades de la guerra, Zelenski pidió que se proyectara un video de la guerra. Pero la trasmisión no funcionó.(www.caraycecaonline.com.ar)

Washington, corresponsal